Costa derrotó a su mejor amigo, Alex Corretja, por 6-3, 6-4, 3-6
y 6-3, en tres horas y 10 minutos, mientras que Juan Carlos Ferrero
se impuso al ruso Marat Safin, quizás el jugador no español que
mejor conoce su juego por 6-3, 6-2 y 6-4 en dos horas y ocho
minutos.
Al igual que en la edición de 1994 con Sergio Bruguera
imponiéndose a Alberto Berasategui y Arantxa Sánchez a la francesa
Mary Pierce, y en la del 2000 con Carlos Moyá haciendo lo propio
con Corretja, el tenis español volvió a brillar en París, donde se
ha convertido en una costumbre que cada cuatro años los españoles
arrasen en sus pistas.
El relevo está listo después de los triunfos del brasileño
Gustavo Kuerten en 1997, 2000 y 2001 y será una raqueta española,
precisamente la que ejerció de su verdugo en octavos de final,
Albert Costa, el que luchará por el título, y frente a él el
jugador del que siempre se habló para luchar en la final en los
últimos años, Juan Carlos Ferrero.
Los dos se han enfrentado en cuatro ocasiones con empate 2-2 y
la última en Hamburgo este año (tierra) con victoria de Costa en
tres sets. De ganar Ferrero el título subirá a la sexta posición
mundial y Albert a la undécima. De resultar ganador el ilerdense
sería octavo y el valenciano noveno.
Costa acabó tirado de espaldas en la pista central pero no de
regocijo. Se había caído antes al realizar un mal apoyo y al
intentar atajar una bola que parecía que entraba. Era su tercer
punto de partido ante Corretja, ante el que había perdido en siete
de las doce ocasiones en las que se habían enfrentado.
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