26 AUSTRIA: (8+18): Huemer, Gierlinger (2), Abadir (-), Folser, Galic (2), Schlinger (2), y Szlezak (3 de pen) "siete inicial" Binder (p.s), Graf (6), Stachelberger (2), Varga (4), Kopeinigg (3) y Kainmüller (2).
28 ESPAÑA: (15+13): Barrufet, Ugalde (3), Mariano Ortega (2), Dusjhebaev (4), Masip (5, 3 de pen), Juantxo (2) y Carlos Ortega (6, 3 de pen) "siete inicial" Garralda, Prieto, Entrerríos (2), Hernández (2), Juanín García (2) e Iker Romero.
ÀRBITROS: Vakula y Ljudowik (Ucr). Excluyeron a Kainmüller (2), y Schlinger, por Austria; y a Mariano Ortega, Garralda, Entrerríos, Prieto y Romero, por España. Mostraron tarjeta amarilla a Folser, Galic y Gierlinger, por Austria, y a Ugalde, Garralda y Entrerríos, por España.
PABELLÓN: Dornbirn Messestadion. 3.500 espectadores.

Europa Press - DORNBIRN
La selección española derrotó por 26-28 a la de Austria, en el partido de ida del play-off para la clasificación del Mundial de Portugal del año 2003, y en el que los españoles no dieron ninguna opción a su rival en la primera mitad, aunque la relajación de la segunda pudo hacer peligrar el resultado, que de todas formas, es bueno para el encuentro de vuelta del día 8 de junio en Eivissa.

Ninguno de los dos conjuntos empezó demasiado acertado en ataque. Con la delantera en el electrónico, gracias a Talant Dusjhebaev, España mejoró su juego, y asentó su defensa 6-0 que empezó a ser infranqueable, y cuando lo era, David Barrufet dejaba claras muestras de sus dotes de portero, y, de este modo, no dio opciones de acercarse a Austria. Las deficiencias de los centroeuropeos, en el que sólo se salvaban Graf y el portero Huemer, no fueron desaprovechadas por los españoles.

La segunda mitad trajo un mayor relajamiento en el juego de España. El cambio defensivo (5-1) para parar el centro del ataque español, y la labor de Kopeinigg y Schlinger desde los 9 metros les acercaron al 13-18 con un parcial de 5-1. La selección nacional se descentró y Austria le fue comiendo el terreno poco a poco, y se llegó a poner a dos goles (19-21). Aunque no hubo reacción y se siguieron cometiendo errores, los austriacos no pudieron culminar.