El Joventut no tuvo continuidad en su juego y se hundió en el
tercer cuarto cuando dominaba por siete puntos de diferencia 37-30,
al minuto 23. La tercera personal de Warren Kidd en el minuto 7 del
partido marcó su endeble juego interior en el que sólo Crawford
Palmer pudo hacer frente a un Eric Struelens determinante.
Entre el líder destacado de la ACB, el Barcelona, y un Jabones
Pardo Fuenlabrada sin Velimir Perasovic y que también tenía
lesionado a Fran Murcia hay demasiadas diferencias como para que se
pueda producir alguna sorpresa y el partido se salga del guión
previsto.
Así las cosas, los barcelonistas tuvieron encarrilado el triunfo
desde el primer cuarto y ni Óscar Quintana ni sus jugadores fueron
capaces de darles un solo susto que le diese alguna nota de color
al encuentro.
Si para algo sirvió el partido fue para dejar claro que la
recuperación de Perasovic resulta obligada si el Jabones Pardo
Fuenlabrada quiere tener alguna opción en los cuartos de final de
la Copa del Rey, en los que se medirá al mismo rival de ayer.
Porque Óscar Quintana lo probó todo, desde defensas en zona muy
cerradas a presionantes, desde individuales a mixtas, y lo mismo en
ataque, pero lo único que consiguió fue que a su equipo se le
acabaran una y otra vez las posesiones.
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