Sarah Foley, el fichaje estrella del Puig d'en Valls de baloncesto
femenino, se esfumó la pasada semana. El pasado jueves el
representante de la pivot americana recibió un correo electrónico
de Foley en la que ésta rechaza la oferta del PDV para jugar por
media temporada en el grupo más fuerte -el catalán- de la Primera
División nacional. Sarah Foley es una pivot británica de 2.04
metros de altura, con experiencia en ligas de baloncesto americana,
japonesa y europea. Con 31 años, la pivot planteó una serie de
exigencias que el club ibicenco fue incluyendo en el contrato con
el fin de colmar las necesidades de la jugadora.
Víctor Torres, coordinador técnico del PDV, aseguró ayer tras
explicar la situación que «en definitiva, no va a venir». A su vez,
advirtió de que «la semana pasada, una vez se supo cierta que la
decisión de Foley era irreversible, se comenzó a trabajar en la
búsqueda de una base y de una jugadora interior».
La noticia ha caído como un jarro de agua fría, no sólo al club.
«El representante se ha mostrado muy enfadado con Foley y trató de
que cambiara de postura pero, al parecer, estaba empecinada en su
decisión. Además, para él había un compromiso verbal entre la pivot
y el club», aseveró Torres. Efectivamente, el compromiso de la
jugadora era incorporarse el día 6 de enero a los entrenamientos
del club. Además se habían admitido todas las peticiones de la
jugadora y se le remitió copia del contrato, traducida, con las
cláusulas añadidas.
Por su parte, el club disponía de toda la documentación
pertinente para formalizar el contrato según las exigencias de la
Federación española por tratarse de una jugadora extranjera tales
como el 'transfer' internacional, la residencia, contratos con
Federación, la gestión de n seguro especial por ser de nacionalidad
no española. De hecho, el club se mantuvo a la espera del contrato
y de la baja del último club en que militó.
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