EFE - Gijón
El Real Madrid tuvo que luchar hasta mediado el último cuarto del partido para lograr la suficiente diferencia que le permitiese jugar con cierta tranquilidad contra un Gijón Baloncesto (66-79) muy inferior en el juego interior por las bajas de sus dos pívots titulares, Guillen y Stack.

A pesar de esta circunstancia favorable para los intereses del equipo dirigido por Sergio Scariolo, los visitantes se vieron sorprendidos en un principio por el juego veloz y exterior de los dos pívots locales, Roe y Esmorís, quienes crearon problemas durante todo el partido llevando el peso anotador de su equipo.

El Real Madrid empleó todo su potente banquillo en rotaciones continuas, mientras que Moncho López apenas podía dar descanso a su equipo base, que aguantó mientras les quedaron fuerzas.

En el último cuarto los locales jugaron a la desesperada para tratar de acortar distancias, pero los madridistas supieron jugar con tranquilidad y mantener la ventaja lograda.

Por otro lado, el escolta lituano Sharunas Jasikevicius demostró al Palau Blaugrana quien es la gran estrella de este Barcelona y desequilibró con trece puntos en tres minutos un encuentro que al equipo azulgrana le costó romper y que acabó ganando con gran claridad (105-83).

Nadie se acuerda ya de Rony Seikaly en el conjunto barcelonista, que ha saldado con gran solvencia los partidos sin el norteamericano. Aunque también es cierto que necesita a un pívot capaz de parar a jugadores como Deon Thomas, máximo anotador del encuentro con 33 puntos.