EFE - AMSTERDAM
Treinta y dos años después de lograr la única Eurocopa que posee, Italia vuelve a intentar la conquista del título europeo ante una selección francesa a la que no gana desde 1978 en el mundial de Argentina y con la sensación de no haber hecho un buen fútbol.

En Italia se ha pasado de las críticas iniciales por el pobre juego del equipo a un ambiente de euforia. Sin embargo, persiste la idea de que el equipo de Dino Zoff no ha realizado un buen fútbol y que sólo la actuación «milagrosa» del portero Francesco Toldo ha puesto a los azzurri en la final de Rotterdam. «Esta vez será necesario jugar al fútbol de verdad. Demostrar contra Francia que podemos hacerlo. Buena suerte». Con estas palabras se refería el diario italiano «Il Corriere della Sera» al partido del domingo. La prensa italiana, en general, ha criticado el juego de la selección y las alineaciones de Zoff. La ausencia constante de Alessandro del Piero "que sí fue titular frente a Holanda" y el catenaccio que han dispuesto en cada partido, ha recibido calificativos de «anacrónico» y «defensivo».

El fútbol italiano tiene una deuda con los lanzamientos desde el punto de penalti. En la semifinal, los holandeses fallaron cinco disparos lo que permitió el acceso de los transalpinos a la final y saldó parte de esta deuda. Sin embargo, Italia ha quedado apeada de los últimos tres mundiales en la tanta de penaltis. En 1990, en su casa, Argentina les eliminó en semifinales. Cuatro años después, en Estado Unidos, perdieron la final contra Brasil en los tiros desde el punto fatídico. En Francia fueron apeados en cuartos de final por los anfitriones también en la tanda de penaltis, en el que, hasta el domingo, es el último enfrentamiento entre ambos equipos. La última vez que Italia ganó a Francia fue en 1978, en el mundial de Argentina. Pero ahora el equipo de Zoff tiene confianza. Conocen a Francia y a sus jugadores, pues muchos de ellos militan en el campeonato italiano.