A la tradicional rivalidad entre las aficiones inglesa y
alemana, que podrían provocar disturbios en Charleroi, se sumará la
trascendencia de un encuentro vital para ambas selecciones, ya que
la derrota de Inglaterra ante Portugal en la primera jornada (2-3)
y el empate de Alemania con Rumanía (1-1) ha dejado a ambos equipos
en una situación desesperada. Inglaterra tiene además hambre de
victoria ante Alemania, ya que no ha conseguido derrotar a los
germanos en partido oficial desde la final del Mundial de
Inglaterra de 1966, hace 34 años. Alemania endosó además una
dolorosa derrota por penaltis a Inglaterra en casa, en el partido
de semifinales de la última Eurocopa de 1996.
La lluvia de críticas tras esos malos resultados ha caído sobre
dos equipos acostumbrados a estar entre los grandes y en todas las
apuestas para llevarse los títulos, lo que ha llevado a tensiones
internas y a que los seleccionadores tengan previsto efectuar
bastantes cambios. En el caso de Inglaterra, el seleccionador Kevin
Keegan todavía mantiene dudas sobre el equipo que confeccionará y
el sistema que empleará.
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