EFE - INGLATERRA
El español Àlex Crivillé (Honda) volvió a dar una lección a sus rivales más inmediatos al conseguir su quinta victoria de la temporada en el Gran Premio de Inglaterra de 500 c.c, que se disputó ayer en el circuito de Donington Park y después del accidente que sufrió hace una semana en Assen (Holanda).

Nadie podrá decir que en la escudería HRC (Honda Racing Corporation) existen órdenes de equipo pues ayer se vio claramente y hasta la última curva que el japonés Tadayuki Okada, su compañero de equipo, hizo todo lo posible por sumar su segunda victoria consecutiva, pero esta vez el sólido líder de la clasificación provisional de la cilindrada no se lo permitió, con maestría y saber estar y después de jugarse ambos su última carta, en la horquilla conocida como «Melbourne Harpen».

Pero antes de llegar a ese punto de la carrera se produjeron numerosas circunstancias resaltables. La primera de ellas, la ausencia en la formación de salida de otro español, Manuel «Sete» Gibernau, piloto oficial igualmente de HRC, que tuvo una caída durante los entrenamientos libres matinales en la que sufrió una luxación de la clavícula izquierda que le impidió disputar la carrera inglesa, muy a su pesar.

En 250 c.c., el italiano Valentino Rossi (Aprilia) le ganó en esta ocasión la partida a su compatriota Loris Capirossi (Honda) al vencer en el Gran Premio de Inglaterra, que se disputó ayer en el circuito de Donington Park y que se caracterizó por ejercer el líder de la misma su derecho de detener la misma al comenzar a llover.

En 125 c.c. el japonés Masao Azuma (Honda) se aprovechó de la guerra que protagonizaron sus rivales en las tres últimas vueltas para abrir un hueco que le permitió sumar su quinta victoria de la temporada en el Gran Premio de Inglaterra de 125 c.c., que se disputó ayer en el circuito de Donington.