Las cosas no le han salido este año como esperaba a Mario
Avellaneda, pero mañana a partir de las 8 h. en Naumburg (Alemania)
tendrá la oportunidad clave de reorientar la irregular temporada
que ha vivido y obtener una buena marca, que le asegure la beca de
la Federación y convenza al seleccionador Josep Marín de su
participación en la Universiada.
«Estoy animado y con ganas de competir. No tengo ni lesiones ni
molestias y me encuentro en perfectas condiciones», afirmó Mario,
que afronta muy optimista estos 50 kilómetros marcha del Grand Prix
europeo. El marchador se juega la beca de la próxima temporada, que
sería internacional (1.100.000 pesetas) si logra 3h57' y nacional
(600.000) si baja de 4h02'. «Mi intención es bajar de 4 horas, que
es una marca interesante. También influirá la suerte ya que 50
kilómetros son muchos», aseguró.
Avellaneda también participa para ser incluido en la selección
que irá a la Universiada de Palma. Marín cuenta para esta cita con
el andaluz Juan Porras (1h28' en 20 km), que se clasificó en La
Coruña en mayo, donde fue descalificado. «Esta prueba fue un
desastre para todos», recordó. El andaluz Alejandro Cambil y el
madrileño José Díaz son los dos grandes rivales de Avellaneda para
entrar en la convocatoria. «Ambos son conflictivos
técnicamente.
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