«Uno me dijo que le pagaba todo lo que me pidiera hasta que quisiera o me reventaba, pero salieron mis compañeros y lo frenaron. En Barcelona me hice muy amigo de un jefe gitano que era muy del Barça. Entonces, ahí el que me amenazó fue un gitano. El jefe le dijo cuatro cosas y se paró todo», relató. Sobre su estancia en Madrid asegura que «en Soto del Real los presos colombianos fueron los que más le defendieron» y que cuando le trasladaron al módulo de respeto coincidió «con todos los famosos: Bárcenas, Rato, los políticos catalanes...».
Y es que la violencia estuvo presente en muchos momentos durante su paso por la cárcel, incluso llegó a ser testigo de un apuñalamiento: «Aquellos días te acojonas. Uno le clavó un palo astillado a otro porque le debía una Coca-Cola», aseguró durante la entrevista.
Sobre su vida en prisión contó que podía ver dos veces al mes a su familia, que «el tabaco es la moneda de cambio» y que «la cárcel es gris y un poco rancia, pero a la vez descubres mucha humanidad, es un contraste constante de emociones, de colores, de tristezas, de risas incluso. Yo siempre he intentado ser muy cerebral, yo no recordaba haber llorado en toda mi vida y allí lloré varias veces y a moco tendido, después me encontraba mejor», contó el expresidente.
Por otro lado, Rosell contó en qué pensaba durante sus días en la cárcel. «Pensar quién estaba detrás, buscar las pistas. Yo estaba pensando en el caso, buscando quién estaba detrás y creo que lo sé. Pero como aún no lo puedo demostrar, no lo puedo decir... Pero lo demostraré», le confesó a Risto. Y añadió: «Yo he tenido hasta ahora seis casos, de los cuales cinco me ha acusado la Fiscalía. De los seis que me piden penas de prisión, de cinco he salido absuelto. Sólo me queda uno pendiente que me acusa la fiscalía de tráfico de órganos humanos», añadió sobre el único caso que tiene pendiente.
En un momento de la conversación, Rosell le contó una de las cosas que más le sorprendió en su entrada en prisión. «Cuando tú ingresas en prisión cuentas que te dan un paquete de condones y vaselina. Tú te preguntaste... ¿para qué? Descubriste para qué». Y el expresidente respondió: «Sí. Hay mucha relación homosexual en la cárcel, pero incluso de gente que no es homosexual».
Sobre su detención, Rosell contó que fueron «muchísimos policías, 20 o 30, con una orden judicial, para detenerme por unos casos de una empresa mía de hace 12 años en Brasil y yo alucino. Nos llevan al cuartelillo y de ahí para Madrid». El expresidente del Barcelona denunció que «en el registro sacaron un dinero de un sobre, en total 5.000 euros».
3 comentarios
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El que va fer la jutgessa Carmen Lamela amb aquest home no té nom, bé sí, i tot el sabem, i per això la jutgessa hauria d'estar ara mateix a presó; pero ay! això és Espanya i qui persegueix i condemna algú català, o basc, té premi i proves en tenim: na Carmen Lamela actualment és jutgessa al Suprem. Deia el tema dels bascos per recordar també que fou la meteixa jutgessa que una brega de bar la dictaminà com a terrorisme. Segurament tot combinat és el que després la posessin al Suprem. Aquest és el nivell dels jutges espanyols, després es sorprenen que més amunt dels Pinireus el donin cada repassada que fa por, encara que ni surt publicat a la premsa.
Que pais, da asco. Por ser catalan, independentista y del Barça se la han jugado pero bien. Españistan, asi funcionan las cosas aqui
... ha sido un mártir... pero las seis copas no nos las quita nadie, por muchas perrerías a las que sometan a los culés...