Con cierta vergüenza, el expolítico ha leído algunos de los fragmentos en los que se puede ver que estaba totalmente obsesionado con la artista: «Escribo todos los días, cartas cortas, pero son lo que siento por ella en cada momento, la quiero mucho y muero por ella, así se lo he dicho. Me dice que ella también se acuerda de mí, le preocupa que coma, me dice que estoy muy delgado». Aunque ahora ve la situación con otra perspectiva, Muñoz cuenta que «en la cárcel lloraba por ella y no me daba vergüenza que me vieran».
Pero no solo escribía a Isabel Pantoja, también dedicaba sus cinco llamadas semanales de la cárcel a hablar con ella, hasta el punto de olvidarse de su familia: «A veces ni me cogía el teléfono, yo me olvidé de mi familia, no me acordaba ni de mis hijas ni de mis nietos, solo la llamaba a ella». Hay que tener en cuenta que cuando Isabel y Julián empezaron su relación, en el año 2003, el exalcalde de Marbella aún estaba casado con Mayte Zaldívar, la madre de sus dos hijas. Aunque ambos intentaron mantener en secreto su affaire, la prensa no tardó en sospechar que entre el edil y la cantante existía algo más que una relación profesional.
«Yo me sentía como el tío más importante del mundo, había conseguido que un personaje tan impresionante como Isabel Pantoja se fijara en mí, yo era el puto amo», ha asegurado. Al estar todavía casado, sus encuentros íntimos tenían que mantenerse en secreto: «La primera vez que yo me acosté con Isabel Pantoja fue en el apartamento de Guadalpín, más claro el agua, yo cada vez que podía me escapaba y nos veíamos, al principio en Guadalpín, después en Cantora».
Tal y como ha explicado, para evitar a los medios el expolítico incluso se llegó a esconder en el maletero de un coche: «Hacíamos cosas muy absurdas, yo quería entrar en Cantora a toda costa a estar con la mujer que amaba, yo pensaba que nadie me vería si me metía en el maletero, me quedaba allí metido hasta que perdíamos a la prensa y entonces parábamos el coche en medio de la carretera y yo salía del maletero, no sé por qué me comportaba de aquella manera, hoy no lo entiendo». Julián, de 74 años, se encuentra en libertad condicional desde mayo del año pasado por las graves dolencias que padece, entre ellas una cardiopatía isquémica-hipertensiva, diabetes y un aneurisma de aorta.
6 comentarios
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No sé quién me provoca más nausea de estos dos tipejos.
A la edad que había acumulado en la fecha de autos ya estaba en condiciones de ponerle nombre al fenómeno.
Patético. Lo peor, no obstante, no es esta panda de inútiles (éste, las Rocíos y etc) sino la morralla de gente que LO CONSUME por lo que permiten que esta gente facture de forma crónica sin pegar palo al agua e idiotizando cada dia mas a la peña. Lamentable reflejo de la sociedad en la que estamos. ALgo que no tiene solución.
Esta gente menos trabajar cualquier cosa, panda de vagos vividores.
I no se li cau sa cara de vergonya????? pero como puede tener semejante CARA como para salir a la palestra y presentarse como si fuera inocente!!!!!!!!!! Anda anda y vuelvete ala carcel..ESTAFADOR!!!!!!!
Que pena de persona . . . no he conseguido leer más allá del titular por el chorreo de lágrimas que se me caian al suelo. Lástima que no haya una Corín Tellado, capaz de inmortalizar tamaño dramón, ocurrido en Marbella y alrededores . . . ayer mismo, pardiez.