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8M en Ibiza: seis profesionales en emergencias reivindican el legado de sus antecesoras

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, ‘Periódico de Ibiza y Formentera’ reúne en Vila a seis perfiles profesionales en emergencias para visibilizar su papel dentro del sector, las luchas feministas, la conciliación y la paridad

Unidas por el 8M, seis profesionales del sector de las emergencias de Ibiza se concentraron frente al recinto amurallado para visibilizar las luchas feministas. | mellon

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Cuando las protagonistas de este reportaje eran pequeñas, muchas mujeres estaban derribando muros y construyendo una igualdad en sectores tradicionalmente masculinizados, como es el sector de las emergencias, que supuso una equidad de género tras la incorporación femenina a estos servicios. Un largo y duro camino que siguen protegiendo y cuidando aquellas niñas soñadoras que han visto cómo estos avances en derechos de las mujeres se consolidaban.

Es el caso de estas seis profesionales que actualmente representan con orgullo a los diferentes equipos de emergencias en Ibiza. Todas ellas, con motivo del Día Internacional de la Mujer, han querido participar activamente en esta publicación al ser conscientes de la importancia de seguir visibilizando el gran papel de la mujer en el ámbito laboral porque «tenemos que demostrar que estamos orgullosas del avance que estamos consiguiendo». De esta manera, unidas por el 8M, estas seis profesionales uniformadas se han reunido en el Portal de Ses Taules, la entrada principal al recinto amurallado, para visibilizar las luchas feministas «que nos permiten hoy gozar de derechos que en un pasado fueron negados». Al respecto, estas trabajadoras señalan que hace tiempo que se rompieron los «estereotipos» de género dentro del sector, superando prejuicios a la hora de trabajar en ámbitos como es el de las emergencias e indicaron que, gracias a la insistencia de varias generaciones, se han construido espacios de igualdad en los diferentes servicios.

Una lucha librada cada día por sus antecesoras que, para la ibicenca Francisca Ferrer, trabajadora forestal del Instituto Balear de la Naturaleza (Ibanat), sentó «un importante precedente en materia de derechos e igualdad». En esta misma línea se mostraron sus compañeras al valorar estos avances sociales. «Soy la mujer que soy gracias a las grandes mujeres que me han educado. El 8M es la unión entre el pasado que vivieron nuestras antecesoras y el futuro que vivirán nuestras hijas», apunta Desirée Ntongono-Mañana, enfermera del Servicio de Emergencias 061 de Ibiza, valorando el esfuerzo diario de las generaciones pasadas que permitió    favorecer la igualdad de trato en todos los servicios públicos del sector.

Paridad y conciliación

«Las oportunidades de acceso a los cuerpos policiales son las mismas para todos. Se quiere llegar a un régimen de paridad entre hombres y mujeres», destaca la algecireña Susana Corrales, subinspectora de Policía Nacional en Ibiza, quien resalta con satisfacción cómo el número de profesionales comisarias en la Policía Nacional ha crecido en los últimos años, así como las aspirantes que buscan obtener alguna de las plazas ofertadas para policía.

No obstante, lamenta que, aunque las oportunidades son las mismas, el porcentaje de trabajadoras que optan a puestos de mayor relevancia es mucho menor que la cantidad de hombres que asumen puestos de responsabilidad porque, según indica, las mujeres frenan sus ascensos por las dificultades de conciliación. «Empecé a estudiar estando embarazada y aprobé la oposición cuando mi hijo tenía seis meses. Yo estudiaba mientras le daba el pecho a mi hijo e incluso tuve que trasladarlo conmigo cuando realicé un curso en Madrid», destaca, resaltando que fue una época muy dura.

En este sentido, agrega que, antes de su traslado a Ibiza en 2023 tras su ascenso a subinspectora, estuvo 13 años sin presentarse a un proceso de promoción porque implicaba desplazarse a otra ciudad lejos de su familia, que actualmente vive en Málaga. «Me ha costado mucho encontrar un equilibrio laboral y personal porque quieres dar lo mejor de ti en todos los ámbitos. Mis padres me inculcaron la cultura del esfuerzo y yo hago lo mismo con mis hijos para que entiendan que pueden llegar tan alto como quieran. El apoyo de mi pareja, que también pertenece al Cuerpo, ha sido imprescindible en estos años», afirma esta profesional al hablar sobre los mayores retos que ha vivido durante su trayectoria profesional.

Susana Corrales, subinspectora de Policía Nacional en Ibiza.

Desafíos personales y laborales que también han vivido sus compañeras en el sector de las emergencias. Es el caso de la agente aragonesa Raquel Quintana, que pertenece desde 2018 a la Unidad Cinológica de la Guardia Civil de Ibiza, que es la unidad dotada de perros policía. Según esta profesional, a lo largo de su larga trayectoria, sí que ha tenido la sensación de tener que esforzarse más que los hombres para sentirse igual de valorada que ellos. Incluso recuerda un hecho vivido en un pueblo de Guadalajara cuando, siendo jefa de pareja, salió de patrulla junto a un compañero: «Cuando me dirigí a un ciudadano, esta persona me escuchaba y me miraba, pero la conversación la intentaba mantener con mi compañero. He vivido algunas situaciones con ciudadanos que, por ser joven y mujer, me han restado autoridad y valía», lamenta esta profesional, quien señala que, sucesos como éstos, recuerdan la importancia de visibilizar la lucha de las mujeres para lograr la igualdad de condiciones en todos los ámbitos.

Vocación

Un derecho de la mujer que esta agente de Ibiza adquirió desde que era muy pequeña a través de una educación familiar que reforzó su vocación de servicio. «Soy hija de un Guardia Civil y estudié en el Colegio de Guardias Jóvenes de Madrid, que es donde forman a los hijos de los miembros del Cuerpo. Después de opositar, mi primer destino fue en la Unidad de Seguridad Ciudadana en la isla de Fuerteventura en 2005», destaca Raquel Quintana, explicando que ha tenido diferentes puestos dentro del Cuerpo. Entre ellos, agrega que, antes de pertenecer a la Unidad Cinológica de la Guardia Civil, prestó servicio en la ciudad de Guadalajara, en el Ministerio de Justicia y en el aeropuerto de Madrid, entre otros.

Raquel Quintana, agente de la Unidad Cinológica de la Guardia Civil de Ibiza.

También ha trabajado en diferentes unidades policiales la profesional Susana Corrales, ya que, según precisa, ha prestado servicio en Extranjería, en las unidades policiales de seguridad ciudadana y judicial, e indica que ha sido la primera mujer que ha patrullado en moto en la Comisaría de Maspalomas, en Gran Canaria, además de ser representante sindical. «Ahora estoy en la Brigada de Seguridad Ciudadana, pero quiero formar parte de la Policía Científica; me gustaría formarme en este área y regresar a Málaga en el próximo concurso de traslados», apunta, haciendo hincapié en el gran compañerismo que existe dentro de su unidad, recalcando que nunca ha tenido problemas para imponer su criterio ante subordinados varones por el hecho de ser mujer.

No obstante, sí recuerda cómo en 2004, durante una procesión de Semana Santa en la que participó escoltando el paso, una mujer mayor le preguntó en qué tienda había alquilado el traje policial. «Afortunadamente la sociedad ha cambiado mucho y los ciudadanos llevan tiempo normalizando ver a una mujer formando parte de los cuerpos policiales», afirma, mientras destacaba cómo el hecho de tener un padre policía despertó esta vocación profesional.

Al igual que Susana, el resto de las protagonistas también convirtieron su vocación de servicio en su trabajo. Es el caso de la brigadista forestal Francisca Ferrer, conocida como ‘Fanny’, cuyo padre trabajó muchos años en este sector. «Me viene de familia y lo he vivido muy de cerca porque mi padre estuvo durante 20 años en el Servicio de Emergencias 112», afirma esta profesional de Sant Vicent de sa Cala, quien lleva tres años trabajando en la prevención y extinción de incendios forestales. Todavía recuerda cómo en 2019 regresó a Ibiza – después de formarse en gestión forestal y terminar la carrera en Ciencias Ambientales – y comenzó a formar parte del Ibanat para las campañas de prevención de incendios en 2019 y 2021.

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En 2022, indica, estuvo trabajando como agente de Medio Ambiente, que son los directores técnicos de extinción, pero, señala que no supo adaptarse a la condición que ostenta un agente de la autoridad. Por este motivo, después de estar un tiempo formándose, logró en 2024 una plaza fija como brigadista forestal en el Ibanat, un trabajo en equipo que, según precisa, engloba la prevención con labores de desbroce en invierno y, en verano, la realización de guardias de incendios a partir de abril. Este servicio, apunta, cuenta con grandes profesionales y compañeros. «Tuve un gran recibimiento dentro del servicio; el equipo me acogió muy bien», asegura, haciendo hincapié en la igualdad de trato y de oportunidades dentro del sector.

Francisca Ferrer (Fanny), brigadista forestal del Ibanat.

Un recibimiento similar tuvo durante su incorporación Desirée Ntongono-Mañana, enfermera del Servicio de Emergencias 061 de Ibiza desde 2017, aunque en la isla lleva viviendo desde hace 20 años. Pese a que llegó con muchos nervios ante su primer trabajo como enfermera – dejando atrás su zona de confort en Sevilla – manifiesta que siempre confió en sí misma, en sus capacidades y aptitudes para afrontar cada situación desde el respeto y la humildad.

También afirma que en estos años de profesión nunca ha tenido que vivir una actitud machista o arbitraria dentro del sector, aunque sí recuerda una vivencia negativa durante su formación al ser amonestada junto a varios compañeros por no cumplir la imposición de un docente sanitario que exigía una forma concreta de ser nombrado.

Discriminación social

Una vez ya ejerciendo como sanitaria, destaca algunas situaciones vividas de desigualdad como consecuencia de una discriminación social e incluso lamenta mucho cómo algunos hombres, pero también algunas mujeres, han llegado a juzgar en algunos momentos las reducciones de jornada por los permisos de lactancia y las bajas médicas debido al dolor menstrual. «Nosotras debemos apoyarnos y luchar por nuestros derechos», subraya con rotundidad, afirmando que la conciliación familiar y laboral está establecida con protocolos que protegen los permisos laborales, sin embargo, indica que, a veces, por necesidades del servicio sanitario, es complicado poder conciliar.

Desirée Ntongono-Mañana, enfermera del Servicio de Emergencias 061 de Ibiza.

Muy cerca de esta profesional está la agente ecuatoriana de Protección Civil Luna Vergara, quien destaca la importancia de seguir visibilizando la historia y los derechos de las mujeres para no olvidar nunca el camino recorrido con sus esfuerzos. Esta mujer empezó como auxiliar de Protección Civil del Ayuntamiento de Vila en el año 2016, desempeñando un papel fundamental en situaciones de emergencia en tierra y mar, que permite prevenir e intervenir en la protección de las personas en situaciones de riesgo. Además, mientras esta trabajadora ejercía sus funciones de Protección Civil, explica que, tras mucho esfuerzo e implicación, también obtuvo el título de Patrona de Embarcaciones de Recreo. «Cuando me dijeron que ser patrón de embarcaciones era cosa de hombres, me motivé más a la hora de obtener el carnet», destaca Luna Vergara, quien también es voluntaria en Cruz Roja. «Ahora mismo también estoy cursando varias materias para poder optar al título de técnico en Emergencias Sanitarias porque me gusta mucho dedicar mi tiempo libre a ampliar mi formación y tener más conocimientos», apunta esta trabajadora, mientras recuerda aquellos primeros años de estancia en Ibiza que, según indica, fueron muy difíciles.

«Hace diez años que vivo en la isla y anteriormente residí en Madrid durante 14 años. Llegar a Ibiza en busca de trabajo y nuevas oportunidades no fue fácil porque empecé de cero, pero la isla me ha dado mucho durante este tiempo y, de alguna manera, quiero devolvérselo», manifiesta, al mismo tiempo que recalca el gran trabajo en equipo dentro de esta unidad que, como en el caso del resto de servicios, también es un ámbito mayoritariamente masculino.

Luna Vergara, agente de Protección Civil de Vila.

Sin ir más lejos, aunque el número de féminas ha aumentado dentro del sector de las emergencias, la paridad en las plantillas dentro del sector todavía está muy lejos. Hay que señalar, por ejemplo, que en la Policía Nacional de Baleares, las mujeres representan un 17 %, en la Guardia Civil, un 10 %, y en las policías locales, un 11%. Dentro de este 11 % se encuentra la Policía Local del Ayuntamiento de Vila, la ibicenca Cristina Olivencia que, al contrario que el resto de estas profesionales más veteranas, afronta con mucha ilusión el inicio de su camino profesional.

«Hace dos meses que me incorporé a la plantilla como agente en prácticas y, desde entonces, he estado rotando por varias unidades, especialmente en la Unidad de Seguridad Ciudadana y en la Unidad Motorizada de Tráfico. Cuando empiezas cada turno desconoces a lo que te enfrentas y esto es desafiante», señala, mientras agrega que esta profesión siempre ha sido para ella un trabajo vocacional, sin embargo, indica que sus inseguridades y barreras personales la limitaron mucho a la hora de presentarse a las oposiciones. No obstante, finalmente, decidió luchar por sus sueños de niña y, mientras compaginaba su trabajo en la oficina, la vida doméstica y los estudios, aprobó las oposiciones en 2024. «Cada día llevo con mucho orgullo este uniforme», señala son satisfacción Cristina Olivencia, destacando la importancia de poder inspirar a futuras generaciones de niñas que quieran ser policías.   

Nuevas generaciones

En este sentido, esta profesional se emociona al recordar cómo, durante el control del tráfico en el colegio Sa Joveria, una pequeña siempre le sonríe al pasar por delante de ella. «El otro día se paró y se abrió el abrigo para mostrarme que iba disfrazada de policía para Carnaval. Pude sentir esa inspiración que la motivó a disfrazarse de policía», añade, resaltando cómo a algunos niños les sigue llamando la atención ver a mujeres policías en la calle trabajando.

«Enseguida los padres explican a sus hijos que la presencia de estas profesionales en el sector hace tiempo que se normalizó», indica, añadiendo que se regularizó gracias a mujeres que alzaron la voz y rompieron barreras, demostrando su valía y construyendo «un cambio político en la cultura organizacional y promoviendo la igualdad de género en el ámbito de la seguridad pública cuando era un sector totalmente monopolizado por hombres».

Cristina Olivencia, Policía Local del Ayuntamiento de Vila.

Hace mucho tiempo que estas mujeres dejaron de ser niñas para convertirse en grandes profesionales que, con el tiempo, han ido alcanzando sus metas. Sin embargo, durante este camino también se enfrentaron a momentos de incertidumbre y vulnerabilidad, especialmente en las primeras etapas de la vida. Es por eso que, al recordar a la niña que fueron, sólo pueden compartir palabras de satisfacción por el camino recorrido. Frases como «siéntete orgullosa», «estudia y fórmate todo lo que puedas» o «gracias por ser valiente pese a todos mis miedos» son algunas de las palabras que trasladarían a su propia infancia, pero también quieren dedicárselas a aquellas jóvenes inseguras ante las metas y retos que desean cumplir en su vida. «Los sueños sí se hacen realidad», concluyen estas grandes profesionales de Ibiza con motivo del 8M.