Ana Obregón llegando a Mallorca el pasado verano. - Imagen de archivo | J. AGUIRRE

Han pasado más de 30 años desde que Ana Obregón inició la tradición de dar el comienzo del verano con su posado en bañador. Por aquel entonces, la presentadora de televisión generaba una gran expectación, debajo de su residencia en Mallorca, los fotógrafos se amontonaban para captar la instantánea en la playa. Aunque durante unos años, tras la muerte de su hijo Aless Lecquio, Ana abandonó la tradición. El verano pasado decidió retomarla de la mano de su nieta Anita, la hija póstuma de Aless Lecquio.

«Siempre se decía que no llegaba el verano hasta que yo no hacía el posado, ¿no? Bueno, pues ya tenemos sustituta. Anita es mi sustituta», cuenta la celebridad a la revista ¡Hola!. La publicación de prensa rosa ha sido la encargada de fotografiar en exclusiva a Obregón en su casa, El Manantial, en la Costa de los Pinos. «Tenía muchísimas ganas de que Anita viera la playa, el mar, que disfrute, porque el año pasado era muy chiquitita y este es el primer verano en el que ya se da cuenta de las cosas», explica.

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La presentadora de televisión ha contado que será un verano muy especial para ella porque revivirá recuerdos en su casa familiar de veraneo, algo que según ella, será «bonito y muy triste al mismo tiempo». En la vida de Ana su hijo sigue estando presente, para recordarlo ha llenado su casa con fotos de Aless. Según ha compartido con la revista, a su nieta le habla «todo el rato» de él y la primera palabra que dijo es «papá». «A mí me llama mamá, pero es lógico. No le voy a decir con 17 meses 'no soy tu mamá'», añade.

Por el momento, ella explica que es «abuela-mamá y cuando ella tenga uso de razón se lo contaré». Cuando le pregunta por su día a día en la Isla, Ana se lamenta que es difícil ir con la pequeña a la playa. Por su fama, prefiere no someterla a «esa presión». Pero eso no quita que ambas estén disfrutando de su tiempo juntas, la pequeña se pasa «todo el día al aire libre corriendo de aquí para allá. Tenemos praderas, huertos, la piscina y un estanque con peces a los que no para de tirarles pan y ya parecen tiburones».

El abuelo de la niña, Alessandro Lecquio, no la ha conocido aún. Cuando le preguntan sobre el tema, la presentadora de televisión aclara que no siente «pena ni resquemor. Alessandro y yo siempre estaremos unidos por lo más grande que puede unir a una pareja, que es un hijo, el amor por nuestro hijo y el amor de nuestro hijo por nosotros, y él que haga lo que quiera, yo lo acepto y lo respeto totalmente». Además, ella cuenta que Anita era «el deseo de su padre», una decisión que Ana Obregón ha «meditado muchísimo».