Lo cierto es que la temporada festiva del verano va a por su segunda parte. Como lo leen, antes, todo se concentraba en agosto, y así seguimos, sin embargo son ya algunos pero muy relevantes los que prefieren dar sus cenas o fiestas de verano una vez la agenda se ha despejado y es más fácil y relajado, por supuesto, reunir a los amigos que han decidido alargar sus estancias hasta octubre y en muchos casos noviembre, mediante fines de semana largos que les apartan de la rutina y la frialdad de sus despachos. Este no ha sido un verano de grandes cenas, salvo la grandiosa con la que nos obsequió Sonia de Valenzuela, que ha dejado en todos un sabor dulcísimo, y sin embargo tenemos la sensación de haber bailado más que nunca y haber socializado también más que nunca. La realidad más palpable, al menos para mi que me llevo dedicando a eso de observar y callar, es que algunos o se ponen las pilas o se van al garete con eventos clásicos y clasistas pero obsoletos, y la novedad más atraíble, la llegada de grandes personalidades que nos están alegrando y refrescando la vida, sin complicárnosla. Y no saben cómo se lo agradecemos. El gran evento del verano debería ser la recepción de los Reyes en Marivent, pero misteriosamente no alcanza esta categoría. Le falta magia. Sin embargo, donde no ha faltado magia es en lo que sigue.
Isabel Guarch no deja de avanzar sorprendiéndonos cada vez más en un trabajo creativo cada vez más elevado que parece no tener límites. Crea, y crea, y moviliza y siempre desde la sonrisa más luminosa de Ciutat. En esta ocasión, y ahí tiene las fotos que atestiguan la reunión en la que se presentó la nueva colección, se adentra por primera vez en el mundo masculino de la mano de su hijo, Gonzalo, creando una colección de joyas muy especiales, masculinas, aunque en mi opinión, y entre los jóvenes más vanguardistas, las joyas han dejado de tener género hace mucho tiempo. Isabel ha querido para esta, su primera colección inspirada en la masculinidad baleárica, utilizar un nombre que signifique todo esto. Foners es el nombre que han elegido para su primera incursión en el sector del hombre, inspirándose en los foners baleares, los valientes guerreros y lanzadores de honda que protagonizaron la primera civilización en las Islas.
Foners es una declaración de orgullo por las raíces mallorquinas, con diseños que evocan los motivos y las formas de la época. Una completa colección de joyas que transmiten la identidad de Mallorca. La joyería puede ser una manera poderosa de llevar la historia y la cultura arraigadas en nuestra piel, afirma Isabel Guarch, y es que en ella, en los restos milenarios que se encuentran en los yacimientos arqueológicos o en los jóvenes de hoy que lo mismo usan unas perlas que un cordoncillo para adornar sus varoniles cuellos como un complemento más, es donde se ve cómo cada pieza, milenaria o no, cuenta una historia. En fin, que Isabel y Gonzalo Guarch han diseñado una especial colección para hombre creada de manera artesanal y en la que se han cuidado todos los detalles para poder trasladar la historia y la esencia de los foners a las joyas. La nueva colección está compuesta de colgante, anillo móvil, sello y cuatro estilos de pulseras, todos presentados tanto en oro amarillo de 18k como en oro blanco, que se alterna con cuero o turquesas y lava naturales. Las piezas combinan la reproducción en oro de grabados antiguos, la textura de los metales de la época, la trenza de la honda que los foners emplean para lanzar y las piedras, conocidas como balas. Además, para presentar su primera colección de hombre, Isabel Guarch ha contado con la especial colaboración del chef Andreu Genestra , ganador de una Estrella Michelin, que diseñó un menú inspirado en Foners . Un sueño.
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