Parecía todo perdido entre ellos, que no habría lugar para una reconciliación y que no se podría superar ese segundo en el metaverso que lo había roto todo. Pero estas Navidades algo ha cambiado y una segunda oportunidad ha llegado para Tamara Falcó e Íñigo Onieva. Todo empezó el día de la misa del Gallo y se hizo oficial el 31 de diciembre, o más bien el 1 de enero, ya que fue tras la campanadas cuando decidieron dejarlo todo atrás y empezar de cero.
Desde que se ha hecho publica su reconciliación Tamara no había vuelto a aparecer en televisión y las noticias que se tenían eran por sus redes sociales o por una entrevista en la que confirmó lo que muchos ya esperaban. Pero esto ha cambiado este jueves, cuando ha vuelto al programa El Hormiguero y ha decidido contar cómo se gestó todo. Pablo Motos ha sido el que ha dado la entrada diciendo: «Tenemos que hablar, ha pasado algo. ¿Estás feliz?». «Estoy muy feliz», ha empezado contando Tamara.
«Él no tenía mi móvil pero escribió a una amiga para que me dijera que necesitábamos hacer las paces. Y empezamos a hablar y el 24 de diciembre le dije de ir a la misa del gallo. Vino a casa esa noche y saludó a todo el mundo. Mi madre ya se había ido a dormir. No avisé a nadie de que iba a aparecer Íñigo, en casa somos muy civilizados y confiaba mucho en ellos. A mi hermana le entró un ataque de risa y mi madre ya estaba dormida. Íñigo tampoco sabía que nadie sabía que él iba así que le dije: 'ya está hecho, ¡saluda!», ha explicado emocionada.
La marquesa de Griñón ha explicado que esa noche hablaron mucho y que surgieron chispas y que a partir de ese momento empezaron a mensajearse otra vez. En ese momento aún no tenía nada claro, pero Tamara explica que el día 28 tuvo un cambio de chip, cuando escuchó a su madre Isabel Preysler hablar con su hermana Chabeli. «El 28 pasa todo lo de mami y Mario Vargas Llosa y llama mi hermana desde Estados Unidos. Mi madre hizo un comentario sobre tío Julio Iglesias. ¿Y si nunca se han dado otra oportunidad y ahora tienen vidas totalmente distintas? Me dio que pensar ese comentario sobre el amor». «Ya el 31 de diciembre decidí que mejor pasáramos página», ha explicado sonriente.
A pesar de que la reacción de su madre no fue muy optimista, ya que le aseguró que la gente no cambiaba, Tamara dice que ella si que cree que la gente puede cambiar. «Seré la típica naif enamorada, pero tengo dos opciones o ver qué es lo que pasa o quedarme con la duda y vivir una vida segura. Pensé voy a intentarlo y ahí que estoy».
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