El obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura, hizo el anuncio el lunes por la mañana durante la misa que ofreció por el día grande de Santa Eulària. | Daniel Espinosa

Corría el primer cuarto de la misa del día grande de Santa Eulària en el Puig de Missa cuando el obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura, tras contar la historia de Santa Eulària, sus martirios y su muerte «crucificada en una cruz en forma de x» y tras ponerla como ejemplo para los jóvenes y las familias de Ibiza, anunció la buena nueva: «He pedido al Papa Francisco que la iglesia de Santa Eulària tenga su propio año jubilar y desde Roma nos lo han concedido».

Una noticia que algunos fieles, sobre todo los que estaban en la últimas filas escuchando la homilía de pie acogieron con normalidad pero que, según Segura, es de una gran importancia. «A partir de hoy, y hasta el mismo día del año 2019, se colgará un documento en la entrada en el que se informará a todo el mundo que aquel que visite esta iglesia y renuncie al pecado, comulgue, ore por el Papa Francisco y rece el Padre Nuestro obtendrá la indulgencia plenaria como si estuvieran en la mismísima Basílica de San Pedro del Vaticano», anunció. Y es más, el obispo de la diócesis pitiusa aseguró que se pondrá en contacto con todas las parroquias de la isla para que se animen a visitar el Puig de Missa durante los próximos 364 días.

De hecho, muchos de los presentes que abarrotaron el templo ya recibieron esta indulgencia plenaria al salir de misa. Fue a modo de bendición que, como aseguró Vicente Juan Segura, no era suya «sino del Papa Francisco».

Pendientes de la lluvia toda la mañana

Tal vez fuera por esta noticia o porque el frío y la lluvia que iba y venía no invitaban a salir de la iglesia, pero en esta ocasión la misa se prolongó una hora y cuarto. Un tiempo que, curiosamente, contrastó con el tiempo que duró la procesión por los alrededores del Puig de Missa.

Pendientes de que la lluvia no hiciera acto de presencia y mojara las tallas, la marcha compuesta por ocho imágenes, la última como suele ser costumbre, la de Santa Eulària, tardó apenas diez minutos en cubrir el recorrido mientras de fondo sonaban los petardos que se han convertido ya en una tradición durante este día.

En ella participaron, además de una amplia representación eclesiástica, el alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí; la vicepresidenta segunda del Consell d'Eivissa Marta Díaz; el alcalde de Sant Joan, Antoni Marí, Carraca; el alcalde de Sant Antoni, Pep Tur Cires; el director insular de Turismo Vicent Torres Benet; el senador del Partido Popular Santi Marí; la delegada del Gobierno en las Pitiusas, Neus Mateu; el presidente del Partido Popular en la isla, José Vicente Marí Bosó y toda la corporación municipal. Además, otros representantes políticos como la vicepresidenta primera del Consell d'Eivissa, Viviana De Sans, o el coordinador de Movilidad del Consell, Gianandrea di Terlizzi, también se dejaron ver por el Puig de Missa.

Después, la demostración de ball pagès a cargo de una veintena de miembros de Sa Colla des Broll se celebró en su lugar tradicional, la Plaza de la Iglesia. Eso sí, la veintena de jóvenes balladors acompañados por cinco sonadors demostraron su habilidad vestidos de calle y sin sus trajes tradicionales, y ante un suelo mojado que podría haber puesto en peligro el tobillo y la rodilla de más de uno.

Otros actos por la tarde y la noche

Finalmente los actos del día grande de Santa Eulària continuaron por la tarde en el Espai Jove con la celebración de actividades como juegos, simuladores de fórmula 1, billar, tenis de mesa o futbolín. Además, a las 18.30 horas el Teatro España acogió la representación infantil La fábula de la raposa de la compañía aragonesa Los titiriteros de Binéfar y por la noche con un concierto de Bluesmafia i Es Saligardos y una cata de lindy hop con profesores de la Asociación Bonswing en la carpa de la localidad.