La investigación se inició tras la detención en Suiza de una persona que tenía un perfil en esta red, lo que permitió a la Policía helvética identificar a todos sus integrantes, entre los cuales había un ciudadano español.
A través de la Interpol los investigadores suizos remitieron la información a la Policía Nacional, que identificó en Vitoria a un hombre que supuestamente compartía material pedófilo utilizando esta red privada de intercambio de archivos.
Los agentes descubrieron que en mayo de 2016 el sospechoso había creado un perfil en esta red, lo que motivó el registro de su domicilio. En esta operación la Policía intervino un ordenador portátil y un disco duro.
La investigación ha permitido determinar que el arrestado borraba el material pedófilo una vez lo «consumía», por miedo a que algún miembro de su familia encontrase accidentalmente las fotos y vídeos de pornografía infantil que intercambia.
Los agentes de la Unidad de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional están analizando ahora el perfil de este hombre de Vitoria para identificar a más usuarios de esta red, que opera a nivel mundial.
El detenido usaba un programa que permite compartir de forma rápida y privada archivos de cualquier tamaño con contactos de confianza a través de redes privadas a las que sólo pueden acceder personas a las que el usuario haya invitado previamente.
Los miembros aceptados en la red pueden navegar por las carpetas compartidas y descargar los archivos que deseen.
Esta red se caracteriza además por el cifrado de los archivos, que se comparten mediante una contraseña, lo que supone otra medida de seguridad adicional para tratar de evitar ser descubiertos por la Policía.
Por todo ello, este tipo de redes privadas son utilizadas por pedófilos y pederastas para intercambiar fotografías y vídeos, ya que se valen del anonimato y la confidencialidad que proporciona este sistema
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