La sección segunda de la Audiencia Provincial juzgó ayer a tres hombres y una mujer acusados de un delito de tráfico de drogas.
Los acusados fueron detenidos el 22 de agosto del año pasado con 1.200 gramos de cocaína con una riqueza del 79 por ciento.
La policía seguía la pista de uno de los detenidos, de nacionalidad brasileña, ya que fechas antes a su llegada a Eivissa recibieron un aviso del MI5, el servicio de inteligencia birtánico.
El operativo policial siguió sus pasos desde el momento en que aterrizó al aeropuerto de Eivissa.
Según el relato de la fiscalía, tras pasar por una ferretería donde obtuvo una balanza de precisión y otros objetos, se dirigió al apartamento de Cala de Bou, Sant Josep, donde los cuatro juzgados fueron sorprendidos.
Los agentes solicitaron previamente la correspondiente orden de registro y detención.
Cuando la policía irrumpió en la vivienda, sobre una mesa de televisión y a la vista de todos había una bolsa que contenía los 1.200 gramos de cocaína de gran pureza intervenidos.
El valor de la droga en el mercado ilícito rondaría los 70.000 euros. Los agentes también intervinieron 1.700 euros en metálico, una balanza de precisión y una gran cantidad de bolsas con autocierre.
El ministerio fiscal solicita para cada uno de los cuatro acusados unas penas de siete años de prisión y 200.000 euros de multa por un delito de daños contra la salud pública en su modalidad grave.
Los acusados negaron los hechos y alegaron que ellos habían realquilado el piso a otra persona.
La defensa solicitó la nulidad de los registros y la libre absolución de los acusados. El juicio quedó visto para sentencia.
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