El ministerio público también pide para la esposa del fallecido una indemnización de 138.000 euros, 58.000 para cada uno de los dos hijos de la pareja, menores de edad, y 12.000 euros más para cada uno de los progenitores de la víctima.
En el escrito de la acusación pública se explica que «José Ribas Riera, en el curso de una discusión mantenida con Gerardus [sobre una herencia familiar] entró en un almacén contiguo a su vivienda [en el municipio de Sant Josep] cogió una escopeta de caza marca Gamba calibre 12 mm y, con intención de causar la muerte de Gerardus, se dirigió a éste y le disparó a una distancia no inferior a cinco metros con en la cara anterior del abdomen».
El relato de la Fiscalía continúa con su apreciación de lo sucedido aquel día, 26 de mayo de 2014 sobre las cuatro de la tarde: «A continuación, cuando Gerardus se dio la vuelta para huir del lugar, el acusado, para asegurar su muerte y evitar que pudiera eludir el ataque, le disparó una segunda vez por la espalda, causándole una herida que le provocó fractura de los arcos costales y penetración de las postas a nivel de pulmón derecho, lo que originó una gran hemorragia interna, por lo que Gerardus desfalleció, cayendo al suelo, momento en que el acusado le profirió un tercer disparo a quemarropa en la sien izquierda a una distancia de entre un metro y un metro y medio, causándole la muerte».
En el juzgado
En el juzgado de guardia José Ribas Riera confesó. Dijo que lo hizo por una serie de «rencillas familiares», lo que degeneró en una discusión por razones económicas, en concreto por una herencia. Previamente, ante la Guardia Civil, manifestó que tuvo miedo y que por eso agarró la escopeta de caza y le pegó tres tiros a su sobrino político. Ante una confesión tan clara y unos hechos tan contundentes, la autopsia no hizo otra cosa que confirmar las causas del fallecimiento de Gerardus Johanes Buijs.
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