Oliver Sebastien, Samuel Kennish y Norman Rodhen se han unido en la causa conjunta de denunciar a la Guardia Civil de San Antoni por hechos que tuvieron lugar el verano pasado en la isla de Eivissa. Dos de ellos, Oliver y Samuel aseguran haber sufrido graves lesiones, resultado de la violencia que, según dicen, ejercieron sobre ellos los agentes. Norman Rodhen, por su parte, cree la actuación de la Guardia Civil provocó la muerte de su hijo Luke Rodhen.

El abogado Nicholas Turner, representante de Sebastien, Kennish y Rodhen, recaba estos días testimonios de los hechos ocurridos entre junio y septiembre de 2014 necesarios para poder llevar el caso a juicio y asegura que «si en las cortes nacionales no somos escuchados acudiremos a las europeas». Según recuerda Turner «No puedes ser un miembro de la Unión Europea y no cumplir con lo que dicta su constitución y contamos con testimonios de suficiente peso como para asegurar que, presuntamente, la Guardia Civil ha atentado contra los derechos humanos de estos chicos».

Sebastien denuncia que a finales de junio fue maniatado y golpeado a lado y lado de la cabeza cuando estaba arrestado en la comisaría de Sant Antoni. Según declara su abogado, «sufrió heridas tan graves que aún a día de hoy está en tratamiento médico y no está capacitado para volver al trabajo». Añade que «padece problemas de la vista, tiene daños cerebrales, pérdidas de memoria y otras dificultades asociadas con haber sido presuntamente golpeado por los agentes».

Lesiones

Kennish, asegura haber pasado por una experiencia similar. Contactó con Turner a principios de año para que también llevara su caso. El abogado explica que presentaba lesiones muy graves: «El embajador británico tuvo que llamar a sus padres para decirles que llevaba varios días en el hospital. Tenía órganos internos dañados por golpes, presuntamente de patadas. Él asegura que fue la Guardia Civil». Kennish pasó una semana en cuidados intensivos y otra más en planta.

En el caso de Luke Rodhen, su muerte el 2 de septiembre del año pasado durante sus vacaciones en Eivissa conmocionó la ciudad inglesa de Manchester y a los medios británicos. Su padre, Norman Rodhen, decidió investigar sobre los hechos después de que varios testigos del suceso aseguraran que los agentes lo habían golpeado con porras y de que el médico del servicio de urgencias que lo atendió declarara a los medios de comunicación que su actuación de reducción, ejerciendo una presión excesiva en el cuello para retenerlo, podría haberle causado asfixia con resultado final de muerte.

Respuesta

La Guardia Civil ya ha respondido a estas acusaciones asegurando que en ningún caso se ha produjo dicha violencia policial y que únicamente se actuó para reducir a los sujetos y conseguir llevarlos hasta los servicios médicos, ya que se encontraban fuera de sí, bajo los efectos de las drogas.

Desde la Comandancia de la Guardia Civil aseguran que no les consta el arresto de ningún inglés bajo el nombre de Oliver Sebastien. En el caso de Samuel Kennish, su versión de los hechos dista mucho de la del turista. Declaran que saltó de un tejado para después obstaculizar el tráfico y acabar atacando a los agentes quienes, dicen, hubieron de cursar baja laboral por lesiones que, supuestamente, les produjo Kennish.

En el caso de Luke Rodhen, aseguran que la actuación de los agentes a la hora de reducirlo fue «impecable». También recuerdan que la autopsia que se le realizó reveló que el chico murió por un ataque al corazón «resultado de la ingesta de estupefacientes».