Okupación

Habla el magrebí del polémico vídeo de Sant Antoni: «No me podía imaginar que la casa estaba okupada»

Elías, el joven que cambió la puerta de un piso okupado en Sant Antoni, denuncia el «linchamiento mediático y social» tras la difusión del vídeo

Elías asegura que desconocía las condiciones de la casa en la que iba a cambiar esa puerta. | PIF

TW
46

Como cada día, el pasado miércoles, Elías, de 25 años, terminaba su jornada laboral en la construcción en Roca Llisa a las 16.30 horas para dirigirse a su pueblo, Sant Antoni. «De camino a casa, me crucé con un amigo que me pidió que le echara una mano para arreglar la puerta de su casa porque él solo no podía», relata Elías, quien se puso este jueves en contacto con Periódico de Ibiza y Formentera para asegurar que desconocía las condiciones de la casa en la que iba a cambiar esa puerta. «No tardó mucho en llegar una persona que decía ser el dueño del piso y se puso a grabar con su teléfono», continúa explicando, mientras reconoce que «a mí no me gusta que me graben, por eso me tapaba la cara. Además, estamos en Ramadán, sin comer y sin fumar, y estamos un poco nerviosos» —justifica— para explicar la actitud con la que aparece en el vídeo en el que se le ve agarrándose los genitales con actitud desafiante hacia el dueño del piso okupado de Sant Antoni.

«Yo no me podía imaginar que la casa estaba okupada. ¿Quién va a cambiar la puerta de una casa okupa a plena luz del día? Es absurdo», insiste Elías en cuanto a su conocimiento respecto a la condición del piso de Vicent Riera Garrover.


Consecuencias

Elías denuncia que, desde la publicación del vídeo, su vida se ha visto afectada en distintos niveles. «Todos los veranos trabajo como guarda y recepcionista nocturno en unos apartamentos», explica el joven, que asegura que «un compañero me ha dicho que el jefe ha visto el vídeo y que este año no cree que vayan a contar conmigo. Normalmente, a estas alturas del mes, ya me han llamado y todavía no me han dicho nada. Ha perdido la confianza en mí». Según el relato de su compañero, «el jefe se preguntaba qué hacía yo metiéndome en una casa okupa si no tengo falta de nada», argumento que Elías confirma con un «es cierto, no tengo falta de nada: tengo trabajo, un buen coche y vivo en mi casa, a la espera de que pueda venir mi esposa».

Noticias relacionadas

El joven también se queja del «linchamiento» que está sufriendo en las redes sociales: «La gente no deja de publicar historias de Instagram con mi foto, con comentarios desagradables e insultos contra los moros». «Hasta el carnicero, que es buen amigo, me ha dicho que no se habla de otra cosa», asegura Elías, quien reivindica que «yo nunca tuve conciencia de estar haciendo nada malo».


Familia

La familia de Elías vive con él en Ibiza. «Aquí vive mi padre, que vino en 2005; mi madre; mi hermana, que tiene una discapacidad; mi hermano, de 18 años; y el pequeño de la casa, que tiene 11 años. Yo vivo aquí desde 2018».

El joven lamenta que «el otro día mi hermano pequeño me preguntó por qué la gente decía esas cosas de mí, que sus amigos le dicen en el colegio que me dedico a entrar en las casas de la gente. Es muy duro que un niño te diga esas cosas». «Mi madre tampoco entiende nada. Es absurdo pensar que yo me dedico a hacer esas cosas y todas sus amigas no hacen más que preguntarle», lamenta Elías, quien además asegura que la noticia ha corrido hasta Marruecos, «donde vive mi mujer mientras preparamos los papeles,y el otro día me mandó el vídeo, pidiéndome explicaciones; estaba muy nerviosa».


Arrepentimiento

«A partir de ahora, no confío ni en mis rodillas», reconoce Elías tras su experiencia. «Nunca pensé en salir en los periódicos y mucho menos por algo así». Visiblemente indignado, ante la pregunta de si se arrepiente de haber ayudado a un amigo, llega a asegurar que «si alguien me vuelve a pedir ayuda y no es de mi familia, me da igual lo que le pase: ya no confío en nadie. Ya he tenido suficiente», sentencia.