Dos tiroteos en la sede del diario «Libération» y el banco Société Générale, que dejaron un herido de gravedad, generaron hoy la alerta en París, donde las fuerzas de seguridad buscan a un hombre blanco de mediana edad armado con una escopeta como presunto autor de los hechos.
El sospechoso, del que la policía ha difundido imágenes de las cámaras de seguridad, también habría secuestrado hoy brevemente a un ciudadano para huir de una de las escenas del crimen.
El primer suceso tuvo lugar a las 10.15 hora local (09.15 GMT) en la entrada de las oficinas en París de «Libération», donde un hombre armado con una escopeta disparó varias veces e hirió de gravedad en el tórax y el abdomen a un fotógrafo de 23 años, colaborador del suplemento mensual «Next», quien se encuentra hospitalizado.
«El tipo sacó el fusil de su mochila y disparó dos veces a la primera persona que vio (...) Duró diez segundos, no más. No dijo nada y se fue inmediatamente», declaró a «Libération» una de las tres personas que en ese momento se encontraban en el vestíbulo.
Los cartuchos utilizados, del calibre 12 y muy habituales entre los cazadores franceses, coinciden con la munición hallada el pasado viernes también en París en la sede de la cadena BFM TV, donde una persona amenazó a varios periodistas y se dio a la fuga.
Aunque en esa ocasión no hubo disparos ni heridos, uno de los empleados ha señalado que el hombre aseguró al despedirse que la próxima vez no fallaría.
La fiscalía de París afirmó hoy que el modus operandi del sospechoso y las coincidencias en la vestimenta captada por las cámaras de seguridad hacen pensar que se trata de una sola persona, un hombre de rasgos europeos, de entre 35 y 45 años, barba de tres días y entre 1,70 y 1,80 metros de altura.
Asimismo, se cree que es el mismo que hoy disparó varias veces sin herir a nadie contra la sede del banco francés Societé Générale, un rascacielos situado en el distrito de negocios parisino de La Defénse, tras lo cual tomó como rehén brevemente a un conductor para huir del lugar de los hechos.
«Me he escapado de la cárcel, lléveme a los Campos Elíseos», le dijo el sospechoso a su rehén, quien supone una pieza clave para identificar al asaltante.
«La única instrucción válida es la de detener a ese tirador lo antes posible», indicó hoy el presidente de Francia, François Hollande, quien se encuentra de viaje oficial en Israel y que ordenó desplegar todos los medios para capturarle y reforzar la seguridad de los medios de prensa en la capital.
Esta sucesión de ataques, cuya autoría no ha sido reivindicada, llevó hoy a la policía a «peinar» en especial el oeste de la capital porque, según el ministro francés del Interior, Manuel Valls, «mientras siga libre y no se conozcan sus motivaciones, representa un auténtico peligro».
«No hay que minimizar la realidad de un acto odioso de este tipo», apuntó Valls tras visitar la sede de «Libération», donde también acudieron la titular de Cultura, Aurélie Filippetti, y el alcalde de París, Bertrand Delanoë.
La condena contra estos actos llegó también de forma generalizada desde la clase política, que se ha centrado en el golpe recibido por la libertad de prensa y en cómo lo sucedido refleja el grado de violencia actual.
«Esta agresión revela un clima, sea obra de un desequilibrado o un acto político», indicó en un comunicado el copresidente del Frente de Izquierdas, Jean-Luc Mélenchon, para quien lo sucedido evidencia «una violencia que se generaliza contra todo lo que pueda representar la libertad de prensa».
«La prensa, en un gran país como Francia, debería poder ejercer su oficio sin verse obligada a poner verjas en su entrada. El funcionamiento normal en una sociedad democrática es que pueda hacer su trabajo, porque es indispensable», declaró la ministra de Cultura.
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