No hubo sorpresas en la sala de juicios. El acusado, el rumano A.C.M., de 20 años de edad, negó haber rociado a su expareja con alcohol y después haber prendido fuego. Él, preso con carácter provisional desde que los hechos fueron denunciados, el 23 de noviembre pasado, insistió en la versión que ofreció en el juzgado de Instrucción.
Su novia, de 24 años de edad, se estaba limpiando las uñas con alcohol y cuando fue a la cocina y se encendió un cigarrillo se prendió fuego. Ella acabó en el hospital con quemaduras de segundo grado en el 20 por ciento de su cuerpo. Sufrió quemaduras en la axila, en la parte superior del tronco y un brazo. Allí, en el hospital, la mujer explicó a los médicos que estaba limpiando un teléfono móvil con alcohol y que al encender un cigarrillo sufrió las quemaduras.
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