«Mi mayor deseo es estar al lado de mi hijo pequeño; aquí no tengo a nadie». Así se expresó ayer, en el juicio, Teresa N.D., una mujer de nacionalidad colombiana acusada de tráfico de drogas.

El 17 de septiembre del año pasado esta mujer viajaba en el barco que en los meses de temporada enlaza Denia con Formentera cuando sufrió un problema que la ha dejado marcada. Se le rompieron una parte de los envoltorios con cocaína que llevaba dentro de la vagina. Llevaba cinco pequeños paquetes con forma de dátil que contenían en total 46,32 gramos y otro más grande de forma cilíndrica con 220,41. Ayer, ante los magistrados de la Sección Primera de la Audiencia Provincial, Teresa reconoció los hechos por los que se le acusa y su abogado alcanzó un acuerdo con la representante del ministerio público, que en principio pedía cinco años de prisión, mediante el cual aceptó una pena de tres año y una multa de 18.000 euros.

El letrado ha pedido que se le conmute la pena por la expulsión del territorio nacional, pero el ministerio público se opone. En cualquier caso, una vez que cumpla dos tercios de la condena, es decir, dos años de cárcel, ya podría regresar a Colombia.

Secuelas

Teresa tiene dos hijos en su país, el más pequeño de los cuales tan solo tiene dos años de edad, y le gustaría poder regresar a Colombia para cuidarlo. Teresa dice también que aquí, en España, no tiene a nadie, y que a raíz de que se le reventaran los envoltorios con cocaína le han quedado secuelas.

Cuando esto ocurrió y la cocaína entró en contacto con su cuerpo, ya en Formentera, la mujer tuvo que ser evacuada con urgencia a Can Misses, por lo que fue trasladada en helicóptero. Su estado era grave y fue sometida al menos a una operación quirúrgica.

«Esto me ha dejado tocada, por lo que necesito ayuda constante de mi compañera de celda, y estoy pendiente de que me operen otra vez», explicó la mujer durante la jornada del juicio.

A raíz de las numerosas detenciones por tráfico de cocaína que el año pasado realizaron en Formentera los agentes del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (EDOA) de la Guardia Civil de las Pitiüses, el precio de esta droga se disparó notablemente en esta Isla. En un principio, se pensó que el caso de Teresa se enmarcaba en este contexto, pero ayer, en el juicio, desde la defensa se añadió que es posible que el caso de esta mujer fuera en realidad una especie de señuelo que podría haber tapado la entrada de un alijo de cocaína mucho mayor en Formentera.

El juicio por este caso se celebró en Palma, por lo que varias personas, entre ellas la representante del ministerio público, se tuvieron que trasladar desde Eivissa.