El propio acusado, un hombre de 45 años con muchos años de residencia en la Isla, terminó reconociendo los distintos capítulos de violencia doméstica por los que fue procesado y en los que se afirma que maltrataba a su esposa «sistemáticamente. Sin embargo, tuvo que comparecer en un juicio, que se celebró días atrás en el Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, después de que no se aviniera a una sentencia de conformidad porque consideraba excesivo los cinco años y nueve meses de cárcel que pedía para él el fiscal.

La juez Clara Ramírez, titular de este juzgado, ha resuelto ahora con cuatro años y meses la condena que, según su criterio debe cumplir el acusado, persona que ya estuvo preso por estos hechos durante dos meses. La sentencia también establece que la víctima tiene derecho cobrar una indemnización de 3.000 euros por las lesiones psicológicas crónicas causadas.

El acusado, que tuvo una relación de ocho años con la víctima y dos hijos en común, cometió algunos de sus actos «degradantes y vejatorios» delante de los pequeños.

Entre una larga lista, figuran arrojar a la esposa objetos como un cirio y un aguacate, así como una bandeja con entrecot, y propinarle golpes con toallas. En otra ocasión le colocó un cuchillo en la cara y la acosó con amenazas de muerte que no sólo iban dirigidas a ella sino también a la familia de su mujer. De hecho, se presentó en casa de sus suegros y les espetó: «Que nadie se meta, que empiezo desde el más pequeño al más mayor».

Celos y 30 llamadas diarias con amenazas para todos

Los maltratos que han sido probados se refieren a un periodo de dos años. La sentencia recoge que durante este tiempo, y en «multitud de ocasiones», la víctima, tras decidirse a romper la convivencia, llegó a recibir al menos 30 llamadas diarias. «Voy a quemar la casa de tu madre», «se van a quedar sin padre y sin madre porque a ti te mato y yo me voy a la cárcel o «si vuelves a tener pareja te mato a ti y a él», son algunas de las amenazas que por teléfono realizó.