El laboratorio donde se trataba la droga fue localizado en un piso de la localidad de Sant Antoni.

Doce de los al menos 17 detenidos en la denominada 'operación Brujas', con la que la Guardia Civil desmanteló en septiembre de 2007 la principal red de narcotráfico y distribución que entonces funcionaba en la Isla, tendrán que sentarse en el banquillo la próxima semana para enfrentarse cada uno de ellos a una pena de 11 años de prisión. Ésta es la pena que ha pedido para los supuestos integrantes de este grupo el ministerio fiscal en un caso que la Audiencia Provincial ha señalado para el martes.

Vigilados
Los ocho marroquíes y cuatro colombianos que finalmente han sido procesados cayeron después de que el Equipo contra el Crimen Organizado (ECO) movilizara hasta una treintena de agentes para vigilar directamente en las discotecas y sus exteriores los movimientos de la red.
La investigación culminó los primeros días de septiembre después de que se llevaran a cabo once registros domiciliarios en pisos de los municipios de Eivissa, Sant Antoni y Sant Josep. Los agentes desmantelaron un piso laboratorio ubicado en Sant Antoni donde los traficantes habían almacenado nueve kilos de una sustancia especial para el 'corte'.
El operativo concluyó con la intervención de 10.700 éxtasis, casi dos kilos de cocaína, cuatro, de hachís y medio kilo de ketamina, así como 90.000 euros y 2.700 dólares. El supuesto jefe de esta red era el colombiano Alejandro L.O., un hombre al que los investigadores atribuyen grandes contactos con distintas redes sudamericanas y persona que supuestamente estaba acostumbrada a «mover muchos kilos de cocaína» en muy poco días.
Alejandro L.O. tenía fijada su residencia en la calle es Vedranell de Sant Antoni, lugar donde la Guardia Civil se incautó de 27.775 euros. En un coche que solía utilizar, un Ford Focus propiedad de una mujer que él conocía y que también se vio salpicada en la operación, además, se localizaron tres paquetes con cocaína que arrojaron un peso total de 627 gramos.

Plena autonomía para introducir la droga en la isla
Las pesquisas emprendidas revelaron que el grupo había logrado constituir una trama que les daba plena autonomía para introducir la droga en la Isla, elaborarla de acuerdo a su conveniencia y distribuirla en las principales zonas de ocio utilizando sistemas para evitar que los vendedores reclutados coincidieran en un mismo lugar y se hicieran la competencia entre ellos. De hecho, varios de los sospechosos apresados, sobre todo los de nacionalidad marroquí, contaban con antecedentes policiales y, a su vez, habían sido objeto de diversas investigaciones al ser relacionados con la venta de drogas al por menor y por figurar sus nombre en otras operaciones de menor envergadura a ésta.