Un delincuente reincidente, Achraf H., marroquí de 26 años, aceptó ayer la pena de cinco años y medio de prisión por una serie de lo que se cree que son sus penúltimas fechorías: tres años y medio por un robo con fuerza en casa habitada, un año por estafa y otro más por un delito de hurto. Su abogado pidió a la juez Clara Ramírez de Arellano, titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, que las penas de prisión se sustituyan por la expulsión de España, ya que se encuentra en el país en situación irregular, algo a lo que se opuso la representante del Ministerio Público y que quedó en manos de la magistrada.

Achraf H. había sido condenado en mayo pasado por el atraco a una taxista de Santa Eulària, hecho que sería su último golpe y que cometió nada más salir de prisión, donde cumplía reclusión por otro atraco. Un año estuvo entonces en la cárcel.

Los cinco años y medio que le cayeron ayer y que él aceptó con la esperanza de ser expulsado a Marruecos en lugar de ser enviado a prisión se corresponden con los hechos ocurridos entre los días 12 y 30 de abril. Con aspecto de joven adinerado, Achraf H. se registró en El Hotel Pachá a nombre de su propio hermano y no pagó la cuenta, que sumó 1.560 euros. Ésta es la estafa por la que aceptó un año de cárcel.

El penúltimo día de su vida en El Hotel entró por el balcón en la habitación contigua a la suya, de donde se llevó numerosas joyas de gran valor, un robo con fuerza en casa habitada por el que se le ha condenado a tres años y medio de prisión.

Al día siguiente le pidió a un cliente del establecimiento que le llevara a una supuesta residencia en la que él se alojaba y por el camino le robó la cartera, con 200 euros en su interior, y el teléfono móvil, un delito de hurto por el que se conformó con la pena de un año. También tendrá que indemnizar a sus víctimas por el dinero que les quitó en sus robos.