«Daniel estaba tirado en el suelo, cubierto de sangre y temblando. Me dijo: 'Papá, se han dado a la fuga, llegaron enfrente de mí, chocaron y me abandonaron». Así relató Frank Viseux, padre del joven motorista holandés de 18 años que el pasado 4 de julio fue arrollado en Benirràs por un conductor que se dio a la fuga y que días atrás fue detenido por la Guardia Civil, la escena que se encontró cuando una llamada le alertó de que su hijo acabada de sufrir un accidente. La familia llevaba un año residiendo en Eivissa.

Frank Viseux, no se despega desde entonces del lado de su hijo, ahora ingresado en Son Dureta, fuera de peligro, pero con múltiples lesiones en la espalda y en la cadera, así como en las extremidades. El joven convalece asimismo de gran número de cortes en el cuerpo. «El espectáculo fue abominable, había pedazos de su moto alrededor de 50 metros y sus zapatos y sus gafas en otro lado», añadió.

La detención del sospechoso, un italiano que vivía a pocos metros del sitio donde ocurrió el siniestro, y de su acompañante fue posible después de que la propia víctima pudiera informar de que el coche que lo había arrollado era un BMW de color gris.

El vehículo fue encontrado minutos después camuflado bajo unas ramas. Un payés también pudo ver al coche alejarse de la zona con el capó levantado. «Además de abandonar a mi hijo desangrándose, con el cuello y los brazos rotos, el conductor tuvo la sangre fría de ocultar el BMW en un bosquecillo, bajo las ramas, y no lejos del lugar del accidente. No llego a comprender cómo un ser humano puede actuar de este modo», comentó Frank Viseux. «Nadie está libre de sufrir la desdicha de un accidente. Pero si es así, se debe actuar con responsabilidad. Fue una cobardía inimaginable», dijo el padre del herido.

«Mentiras»

Éste, además, reprochó, que el conductor «acumulara todas las repugnancias posibles: Infracciones al Código de Circulación, fuga, no asistencia a una persona en peligro, mentiras a las fuerzas policiales. Nunca se sabrá tampoco si iba bebido o drogado».

El italiano M.M.L., de 43 años y detenido por este caso, relató en el juzgado que huyó al «asustarse mucho» pero que él mismo llamó a la policía para informar del siniestro. Ahora se encuentra en libertad con cargos.