El 'Safari' hundido anteayer en la bocana del puerto de Eivissa pudo ser extraído del agua en la segunda jornada de trabajos para recuperar la embarcación siniestrada. Hasta tres grúas se utilizaron en las operaciones para izar el maltrecho casco del barco, que se fue a pique a unos 50 metros de la zona del espaldón del dique donde colisionó.
El desguace es el futuro más probable para esta 'golondrina'. La izada de la embarcación dejó patente los graves daños sufridos tras la colisión. Las rocas destrozaron la proa del 'Safari', dejando completamente al descubierto su roda. El patrón, pese a que el barco se convirtió en segundos en una estructura libre para el agua, tuvo la suficiente pericia para efectuar la maniobra que permitió desembarcar en la escollera a los tres pasajeros que iban a bordo.
Momentos después, cuando su capitán intentaba buscar refugio para la 'golondrina', el 'Safari', con 20 metros de eslora, tuvo que volverse un cascarón ingobernable. Las emergencias también pudieron rescatar sanos y salvos a sus tripulantes pero poco había que hacer por el barco. Inundado de agua se precipitó al fondo del puerto.
Los operarios portuarios lograron en las horas siguientes al naufragio, mientras iban saliendo a la superficie numerosos restos, acercar el 'Safari' al dique para facilitar su recuperación y dejar el paso franco al tráfico marítimo que quisiera salir o entrar al puerto de Eivissa. Estas tareas se llevaron a cabo con distintas unidades que también colaboraron en el balizamiento de las zonas donde se iba trabajando. Gracias a eso el tráfico sólo sufrió un retraso de una media hora.
El patrón del 'Safari', quien, apesadumbrado, enseguida pidió someterse a una etilometría, dijo que una distracción le hizo perder por unos segundos el control del timón, momento en el que el barco aproó hacia el exterior del espaldón del dique.
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