La droga y los efectos intervenidos por los agentes del EDOA de la Guardia Civil con el apoyo del puesto de Sant Antoni. Fotos: GERMÁN G. LAMA

No sólo amenazaron con armas blancas y pelearon con grupos rivales para hacerse con el West End. Los cinco británicos apresados por la Guardia Civil también extremaban las medidas de seguridad en cada una de sus acciones para no dejar rastro. Controlaban y vigilaban a sus propios rivales al tiempo que tomaban medidas extremas para evitar ser localizados o que otras bandas, o la propia policía, pudieran encontrar sus bases de operaciones.

Pese a estas medidas de seguridad, los agentes del Equipo de Delincuencia Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil que investigaron el aumento de conflictividad en la bahía de Portmany atribuible a luchas entre grupos de traficantes pudieron descubrir el piso donde los cinco sospechosos se alojaban tras establecer dispositivos de contravigilancia en la calle Santa Agnès y en sus alrededores.

Zachary L.W., Christ C., Curtis S.R., Tony W. y Roy S.H. se habían instalado en un piso de es Caló des Moro donde, según ha demostrado la investigación, se preparaba para su venta las drogas que luego eran vendidas a sus compatriotas en la calle. La banda fue sorprendida cuando almacenaba en este domicilio 200 pastillas de éxtasis, 48 gramos de cocaína, ya preparadas en dosis, y 2.350 gramos de hachís distribuidos en tabletas. Junto a los estupefacientes, se intervinieron balanzas de precisión y otros útiles que suelen utilizan los traficantes para preparar la droga con el fin de distribuirla al por menor entre los posibles consumidores. En el piso de los acusados, además, se requisaron distintas armas blancas que se cree fueron empleadas por éstos para intimidar a sus víctimas. La Guardia Civil investigaba la presencia de este grupo desde que el pasado mes de abril se tuvo conocimiento de la existencia de un grupo de individuos de nacionalidad británica que se había visto implicado en distintas reyertas y peleas en las que supuestamente el único objetivo era conseguir el control absoluto en determinadas zonas y locales, especialmente en el corazón de Sant Antoni.

Las pesquisas también han acreditado que los miembros de estas bandas están ligadas a las redes inglesas que protagonizaron el tiroteo de 2006 cuando dos de estos grupos se disputaban entre sí el dominio del tráfico de estupefacientes en Sant Antoni.