Dos camareros de un hotel de Eivissa, uno español y otro italiano, tuvieron que sentarse ayer en el banquillo por intentar robar una bicicleta de una caseta del Passeig de ses Fons de Sant Antoni, suceso en el que resultó herido un guardia civil al ser golpeado en la cara por una barra de hierro oxidada y de grandes dimensiones por uno de los sospechoso. Luego se investigó si ambos podían estar detrás de varios robos de bicicletas. El sospechoso de la agresión que se enfrenta a tres años de cárcel por el supuesto atentado y a otros seis meses por el robo, afirmó en el juicio que el agente «debió herirse sólo al caer». El fiscal pidió otros seis meses para su cómplice, persona que afirmó que en ningún momento estuvo en el ánimo de ambos robar. «Íbamos borrachos y fue para hacer la gracia», dijo. Los daños en la caseta han sido valorados en 646 euros.