La propietaria del antiguo restaurante y escuela taurina Toro Mar, en pleno Parque Natural de ses Salines, ha decidido contratar seguridad privada para que el recinto no vuelva a llenarse de ‘okupas’ después de que el pasado martes fueran desalojados una quincena de personas gracias al establecimiento de un control de acceso por parte de la empresa Guardians Control. Han dejado esto asqueroso, fatal. Hay que sacar cuatro o cinco camiones, porque había gallos de pelea y todo», asegura Nieves Carmona, la propietaria de estas instalaciones.
En conversación telefónica, Carmona explica que su intención es crear una fundación y, si puede, montar «una escuela benéfica de niños». «Ahora voy a ir poco a poco, voy a sacar los papeles de todo. Ahí no se pueden hacer discotecas ni nada de eso, solo cosas para los jóvenes», afirma la propietaria de Toro Mar, quien asegura que un ingeniero y un arquitecto de la isla ya están trabajando en este asunto.
En cuanto a las edificaciones que se levantaron en este recinto sin licencia entre 1992 y 2022 y por las que fue condenada en diciembre de 2013 a su demolición, Carmona asegura que tiene la certificación final de obra del derribo.
En 2002 también se inició en este mismo recinto la demolición de la estructura de lo que pretendía ser la discoteca Trancedance, promovida una década antes por una empresa de los Países Bajos.
Desalojo
La empresa Guardians Control estableció un control de acceso este lunes a las 11.00 horas, de manera que todo aquel que saliera ya no podía volver a entrar a las instalaciones. El desalojo se ha dado por concluido a las 13.00 horas de este martes. Inicialmente, las 15 personas de etnia gitana han mostrado una «actitud agresiva» al ver que iban a ser desalojados, pero poco a poco se han ido calmando y han llegado a un acuerdo con la propiedad. Los moradores ilegales tenían varios perros y gallos de pelea que han pasado a ser custodiados por Natura Parc.
El establecimiento, antigua academia taurina con una pequeña plaza en su interior, ha quedado vacío y ha sido devuelto a su propietaria, la empresaria Nieves Carmona. Después de dos intentos fallidos, el equipo de Guardians Control ha concretado la salida de los okupas con el mismo método que llevó a cabo días atrás en el complejo turístico Bellevue del Port d’Alcúdia.
El recinto de Toro Mar se encuentra a pocos metros de los estanques de las salinas, muy cerca de la iglesia de Sant Francesc. Un espacio natural altamente protegido, por lo que la normativa territorial y medioambiental restringe muchos los usos en pleno parque natural.
4 comentarios
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"Llegar a un acuerdo". Curioso. O sea, pagar al delincuente para que te devuelva tu propiedad porque las leyes le protegen?
Otro caso más donde los okupas hacen lo que les da la gana, destrozan una propiedad privada y encima hay que ‘llegar a un acuerdo’ con ellos. ¿Pero en qué clase de país tercermundista nos hemos convertido? Antes a esta gentuza se la sacaba a patadas en el mismo día y punto. Ahora, en cambio, los propietarios tienen que gastar su dinero en seguridad privada porque el Estado no tiene lo que hay que tener para imponer orden. Y lo mejor de todo: ¿‘escuela benéfica’? Suena bonito en el titular, pero más nos vale que esto no se convierta en otro chiringuito para blanquear okupación y subvencionar a los de siempre con dinero público. Lo que hace falta en este país es tolerancia cero con los okupas y las mafias que viven del cuento. En lugar de tanta ‘mediación’ y tanta chorrada, lo que tendrían que hacer es endurecer las leyes para que cualquiera que ocupe una casa o un negocio acabe en la cárcel o en el primer vuelo de vuelta a su país. Si no, esto solo irá a peor
Osus amb Col¡TOTALMENTE de acuerdo!
Que lo derriben junto al Dc-10, Isla blanca, lo de los delfines y el resto de beach clubs