Una multa de 1.410 euros, otra de 80 y hace frente a una indemnización de 3.900 euros. Esta es la condena que ha recaído en un albañil que realizó unas obras de reforma en una casa del municipio de Sant Josep y que en julio de 2006 terminó tomándose la justicia de su mano porque no le pagaban. El obrero destrozó los trabajos de acondicionamiento que había realizado en un aseo y en la piscina con una maza de hierro ante la mirada asustada de la propietaria de la vivienda. Ésta, además, tuvo que soportar amenazas de distinta índole, según considera como probado una sentencia del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa que, en la actualidad, se haya recurrida.

La titular de este juzgado, la magistrada Clara Ramírez de Arellano, ha resuelto como cierto que el acusado se presentó en la casa de la afectada y de l dijo que si no le pagaba le iba a destrozar los arreglos realizados. La mujer explicó al obrero que durante esas fechas no podía solventar la deuda pero que en el plazo de dos meses, durante el mes de septiembre de ese mismo año, saldaría lo que debía. El albañil, sin embargo, volvió días después y al ver que seguía sin cobrar agarró un mazo de hierro y la emprendió a golpes con el mobiliario que había reformado.

«Rebuscado»

Según consta en la causa, mientras ocasionaba los daños dijo a la denunciante: «Después de acabar de destrozar la casa te tocará a ti», para luego afirmar: «mañana vendré otra vez y continuaré así poco a poco cada día hasta que me pagues».

Durante la vista oral, celebrada el pasado mes de febrero, el sospechoso negó todos estos extremos y afirmó que la dueña de la casa había provocado ella misma los daños para acusarlo a él y no hacer frente a su deuda. Al respecto, la juez considera este argumento no sólo de «ilógico» sino también de «rebuscado».