El Juzgado de Instrucción número 2 de Eivissa vio ayer un caso de denuncias cruzadas protagonizado por una prostituta y su cliente, S.A. y M.E.O., respectivamente, ambos de nacionalidad marroquí.

Él explicó al juez que acudió con la mujer a una pensión porque habían acordado por el precio de 50 euros determinado servicio sexual y que, tras media hora, ella dio por finalizada la sesión sin que él quedara conforme con el trabajo.

Después se fue ella fue al servicio y, dice la mujer, él aprovechó para robarle los 50 euros cobrados y 30 más. Él lo niega.

Esto provocó una discusión que acabó a golpes. Ambos aseguran ser víctimas de lesiones y ambos niegan haber agredido a su contraparte. El caso quedó visto para sentencia.