JULIO BASTIDA

El pasado día 10 de abril, Viernes Santo, una empresa funeraria de Inca procedió a la realización de un servicio mortuorio en la localidad de Santa Margalida. Por causas que aún no han sido aclaradas, se cometió un error y el cuerpo del difunto en lugar de ser introducido en el nicho número 92-93, que son de propiedad municipal, fue enterrado en la tumba número 95, es decir, un nicho vecino cuya propiedad es privada. Al día siguiente, cuando la empresa de Pompas Fúnebres que realiza habitualmente los servicios mortuorios en el camposanto de Santa Margalida se percató del posible error lo comunicó al Ajuntament y a sus compañeros.