14/03/09 0:00
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M.C., el único sospechoso que ha podido ser juzgado tras la denominada operación 'Cerco', con la que la policía puso fin a una incipiente oleada de asaltos a mano armada a sucursales bancarias en la que se presumía la participación de una banda relacionada con la Camorra napolitana, ha sido absuelto. Ésta ha sido la decisión de la titular del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, Martina Rodríguez, después de entender que las pruebas que incriminaban al acusado eran «ambivalente y equívocas» al proceder de dos personas que en su día fueron denunciados por el sospechoso por otro caso de robo ocurrido, al parecer, en el domicilio que compartían.

La investigación policial determinó que M.C., quien por este caso se enfrentaba a siete años de prisión, era presumiblemente el cerebro del grupo tras basarse en la declaración de estas dos personas, también de nacionalidad italiana y relacionados en su día con los atracos a las oficinas bancarias. Ambos se declararon ante la policía como inocentes y señalaron a M.C. como el hombre que estaba detrás de todo. La operación 'Cerco' se cerró con cuatro detenidos a los que se vinculó con los asaltos a la oficina de la Banca March en Sant Antoni, la central de Vila y la sucursal de Sa Nostra en Jesús, robos que reportaron a la banda un botín que en su conjunto se elevó a los 70.000 euros.

La juez Rodríguez, sin embargo, no ha dado validez absoluta a esta prueba al considerar que no hay otras más que complementen esta acusación. Los robos los perpetraban siempre tres individuos. Uno entraba en el banco pistola en mano con una pistola. Tras hacerse con el dinero corría al lugar donde le esperaba un cómplice con una moto en marcha. Ambos ladrones abandonaban luego la moto y consumaban su huida en un coche en el que les esperaba un tercero en el lugar convenido por todos ellos.

La magistrada valora asimismo en su fallo absolutorio que no hubo ningún objeto o dinero intervenido que vinculara directamente al acusado con los atracos. La policía se incautó de un reloj en su casa del que no se sabe con certeza su procedencia. A ello se suma que también se halló en una papelera del Eixample una pistola simulada «sin dueño» con la que se supone se perpetraron los robos.