Un estuche de guitarra abandonado puso sobre la pista a la Policía Local de Eivissa para descubrir que los ladrones habían entrado en la madrugada de ayer en la iglesia de Nuestra Señora del Rosario. Los agentes, tras entrar en la parroquia, no hallaron a nadie pero sí encontraron pruebas de que se había producido un robo: todo estaba revuelto y los asaltantes habían dejado tras de sí varias herramientas (una cizalla, un soplete y un cuchillo) sacadas de un almacén del mismo edifico, según confirmó el párroco. El único botín obtenido fueron dos botellas de vino y un a lata de refrescos. La investigación policial, tras el hallazgo, ha quedado en manos del Cuerpo Nacional de Policía.

La actuación policial tuvo lugar sobre las cinco de la madrugada después de que los agentes que componían una dotación advirtieran que sobre una acera de la calle José Riquer Llobet alguien había dejado una caja en forma de guitarra. Tras detener el vehículo y observar dicho estuche, los agentes se percataron de que en su interior había una guitarra española junto con un partituras y estampas religiosas.

La proximidad de la iglesia llevó a los agentes a dirigirse hasta este edificio para realizar nuevas comprobaciones. Una vez en el exterior, los policías vieron que la puerta que da a los locales parroquiales se hallaba abierta sin signos de forzamiento. Tras ello, se comunicó la anomalía al párroco y se pidieron refuerzos. Una vez dentro de las dependencias, se vio que todas las habitaciones habían sido registradas.

Esta no es la primera vez que alguien ha intentado robar en esta iglesia. En esta ocasión, los ladrones se marcharon después de intentar forzar un cepillo que resistió todos los embates. Los primeros indicios apuntan a que los ladrones se escondieron en el patio parroquial y cuando ya se vieron solos actuaron.