El resultado de meses de investigación y vigilancia del Grupo de Estupefacientes de la Comisaría de Eivissa a las actividades de los sospechosos, con el apoyo de la Brigada de Seguridad Ciudadana en la presión al tráfico de drogas en el casco antiguo de Vila, se ha plasmado con la intervención de más de un kilo y medio de heroína, así como con la aprehensión de 222 bellotas de hachís y 71 envoltorios de cocaína. Los agentes también han podido desmantelar, con esta misma actuación, varios puntos de almacenamiento y venta que ambas familias habían montado en el barrio.
La policía apresó a P.C.M. y a tres miembros más de su clan después de que se interceptara en el puerto de Eivissa a una mujer de unos 40 años, con una difícil situación económica, que supuestamente accedió a traer en su equipaje más de un kilo y medio de heroína a cambio de 1.500 euros.
Las cuatro mujeres ingresaron anteayer tarde en la prisión de Eivissa. Dos de ellas, sin embargo, podrían quedar enseguida en libertad provisional siempre y cuando se depositaran en el juzgado sendas fianzas de 6.000 euros. El juez de guardia esperaba ayer tomar declaración a una quinta persona, un hombre también directamente vinculado con el clan de 'la Rula' , que no pudo declarar anteayer después de que fuera víctima del síndrome de abstinencia y precisara atención médica. Todos los detenidos pertenecientes a esta familia tienen amplios antecedentes policiales.
El arresto de la «correo» vino seguido de distintos registros en inmuebles que aportaron nuevas confirmaciones a las pesquisas policiales. El Grupo de Estupefacientes se incautó de numerosas papelinas de heroína y cocaína listas para la venta a los toxicómanos así como hachís que se supone entrado en el barrio por lo que se conoce como «mulas», personas que actúan como «correos» llevando la droga en su aparato intestinal. La policía completó el operativo ayer mismo tras apresar a otras dos mujeres y un hombre, integrantes del clan de 'La Sevillana' y personas que se espera pasen hoy ante el juez.
La policía ha estado llevando a cabo, al menos desde el pasado verano, un aumento del control a lo que ocurría en los accesos a sa Penya y en zonas del barrio donde se ha podido detectar la presencia de venta entre consumidores, actuaciones de las que se ha venido informando. Ello ha venido acompañado, igualmente, de otras medidas de prevención de la delincuencia para frenar los robos en otros barrios del casco antiguo, como la Marina o Dalt Vila.
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