La decisión sobre si se debe repetir este juicio la debe adoptar la titular del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, la magistrada Martina Rodríguez, después de que se presentara un escrito en dicho juzgado pidiendo la nulidad de las actuaciones llevadas a cabo para que se pudieran ejercer acciones legales contra los acusados, dos jóvenes de la isla y otro con domicilio en Barcelona aunque su familia resida en las Pitiüses. Los tres sospechosos, detenidos por la Guardia Civil en 2004 un mes después de que se desvalijara el DC-10, fueron juzgados el pasado 21 de enero. Dos de ellos, los que la Benemérita consideró principales implicados, reconocieron ante la juez su participación en el robo y se confirmaron con un año de prisión. El tercero, acusado de receptación, dijo desconocer de primeras que los equipos de música que los otros le ofrecieron, y razón por la que viajó expresamente a la isla, eran de procedencia ilícita. Dicha persona, que dijo sólo conocer que los equipos eran robados al entrevistarse con los otros dos y haber hecho ya un pago, se enfrentaba a una condena de ocho meses de prisión. Pese a que el asunto se daba resuelto por la confesión de los primeros, el juicio tuvo que celebrarse ante la disconformidad del último acusado.

Según la información recogida por este periódico, la solicitud se ha tramitado después de que, al parecer un representante directo de la empresa afectada, considerara que a dicha parte no se le había dado la oportunidad de presentarse en el juicio para interponer sus reclamaciones contra los sospechosos. De confirmarse esta nulidad, habría que señalar una nueva fecha y los acusados pueden tener que sentarse de nuevo en el banquillo pero esta vez para jugarse penas superiores a las que el fiscal les pidió.

Esta es la situación cinco años después de que los ladrones se apoderaran de equipo que fue valorado en 10.000 euros. Los tres sospechosos fueron arrestados en una investigación policial para acabar con las actividades de un grupo juvenil que también fue relacionado con múltiples robos ocurridos en la isla. La Guardia Civil pudo recuperar objetos cuya cuantía superaban los 26.000 euros. Durante la instrucción los implicados en el robo del DC-10 dijeron que entraron por «curiosidad» porque vieron la puerta abierta.