Los hechos juzgados ayer en procedimiento rápido se produjeron el día anterior en el centro médico de Sant Antoni, en la imagen.

J.M.A. / J.J.M.

La juez sustituta del juzgado de Instrucción número 1 de Eivissa condenó ayer a dos años y medio de prisión a un hombre por un delito de atentado a la autoridad. El mallorquín J.R.B. aceptó por tanto los hechos por los que era acusado: intentar agredir y amenazar de muerte a su doctora de cabecera porque se negó a darle la baja laboral, hechos ocurridos el pasado jueves en el centro de salud de Sant Antoni, informaron ayer fuentes del Ib Salut.

Al reconocer los hechos, el acusado tiene derecho a una rebaja de un tercio en la pena impuesta, que en consecuencia se quedaría en 20 meses de privación de libertad. Al carecer de antecedentes penales, J.R.B. No ingresará en prisión. La pena quedará en suspenso a condición de que no cometa ningún otro delito en el plazo de 20 meses.

Alejamiento

También fue condenado a indemnizar con 1.050 euros a su médico, pero como J.R.B. se ha declarado insolvente la víctima ha decidido renunciar al dinero, confirmaron las fuentes del Ib Salut. Igualmente, la juez sustituta del juzgado de Instrucción número 1 de Eivissa ha impuesto al condenado una orden de alejamiento respecto de su médico por un periodo de tres años.

Las mismas fuentes señalaron que la médico continúa de baja por ansiedad por el gran disgusto que le ha ocasionado este hecho.

Al parecer, J.R.B. había acudido cuatro o cinco veces al médico en las últimas semanas, aunque a su médico de cabecera sólo la había visitado dos veces, una primera y anteayer, cuando ocurrieron los hechos que se juzgaron ayer en juicio rápido. El Ib Salut puso a disposición de la médica un abogado para que la atendiera durante el juicio.

Otras fuentes explicaron que no existe una patología que justifique la baja laboral que el condenado solicitaba a su médica. Además del intento de agresión, el hombre le profirió amenazas graves a la médica y llegó a decirle: «No vas a llegar a comer las uvas».

Testigos

Al juicio de ayer acudieron en calidad de testigos los agentes de la Guardia Civil que detuvieron al ahora condenado en la propia consulta de la médico en el centro de salud de Sant Antoni y el inspector médico Enrique Garcerán.

Esta no es la primera vez que un médico del Ib-Salut es víctima de una agresión o amenazas por parte de un paciente o de sus familiares. De hecho, en varias ocasiones desde este colectivo profesional y desde el de enfermería se ha mostrado en muchas ocasiones la preocupación que existe en los centros por la «sensación» de inseguridad. Entre otras medidas, se solicitaron en su día (algunas puestas ya en marcha) la instalación de los denominados timbres «antipánico», cámaras de seguridad y zona habilitadas especialmente para tratar a pacientes conflictivos. En los últimos años, ha habido especialistas golpeados en es Viver y Sant Josep, así como graves incidentes y robos en el hospital de Can Misses.