Dos guardias civiles conducen al acusado a la sala donde le esperan los magistrados de la Audiencia Provincial.

La segunda y última jornada del juicio a Jesús D.C., el joven que con 18 años acuchilló y mató a Carlos Marí Varó el 30 de mayo de 2007 a la salida del bar Montemar de es Canar, se convirtió en una lid entre los doctores citados como peritos por las partes.

Los magistrados de la Sección Primera de la Audiencia Provincial, desplazada esta semana a Eivissa, escucharon durante horas los opuestos planteamientos de los expertos, unos tratando de demostrar que el acusado tenía mermadas sus facultades intelectivas y volutivas y por tanto debería considerársele víctima transitoria de un estado mental del que no es responsable , y otros explicando que los problemas de personalidad que reconocen que padece el joven desde su infancia no le anulan en absoluto su capacidad volutiva y de distinguir entre lo que está bien y lo que está mal.

Tras escuchar a los doctores, incluidos también forenses y psicólogos, las partes no modificaron sus conclusiones iniciales y la presidenta de la sala dejó el juicio visto para sentencia.

El Ministerio Fiscal se mantuvo en la acusación de asesinato, delito por el que reclama 17 años de prisión, y de intento de homicidio sobre un transeúnte al que, después del acuchillamiento de Carlos Marí Varó, pidió un cigarrillo, por lo que pide otros siete años de privación de libertad.

La acusación particular pide 18 años y nueve meses por el asesinato y siete años por el intento de homicidio.

Por su parte, la defensa no considera la muerte de Carlos Marí Varó como un homicidio ya que, a su juicio, no hubo alevosía, y por tanto reclama tres años por el homicidio. A lo que fiscal y acusación particular consideran intento de homicidio, la defensa lo califica como una falta de amenazas, por la que solicita una multa de 50 euros. En lo que sí coinciden las tres partes es en exigir a Jesús D.C. el pago de una indemnización de 180.000 euros para la familia de la víctima. Las tres partes manifiestan que el acusado, que está en prisión provisional desde que cometió el crimen -que él no niega pero que dice que no recuerda nada de lo ocurrido-, padece un trastorno antisocial de la personalidad, pero la defensa también considera que sufre un trastorno límite (border line), lo que a su entender le produjo en la noche de autos un profundo trastorno de sus facultades mentales que le alteró si no su inteligencia sí su racionabilidad.

Amnesia

En cuanto al alcohol y las drogas que el acusado dice que tomó aquella noche, la acusación particular considera que en los análisis realizados por forenses y médicos de Can Misses no queda acreditado que esto sea cierto. Acerca de la amnesia que Jesús D.C. dice padecer, tanto fiscal como acusador particular no le creen, para lo que alegan que, en su momento, ante los guardias y policías que lo detuvieron como ante los médicos el acusado rememoró los hechos de la noche de autos que ahora dice no recordar.