Los miembros del Grupo de Rescate de los bomberos se jugaron la vida anteanoche durante casi cinco horas hasta llegar al lugar en el que quedó un todoterreno que fue arrojado desde un acantilado colindante al faro de Portinatx. El vehículo, un Toyota RAV 4 negro casi nuevo, cayó desde un altura de entre 80 y cien metros hasta detenerse ya cerca del mar. Quedó completamente destrozado, sobre todo por la parte de abajo. En el 4x4 no había nadie. Es propiedad de una mujer de Sant Antoni que días antes los denunció como robado a través de una llamada telefónica.

Un particular avisó de que el coche estaba en el acantilado sobre las nueve de la noche de anteayer. El Grupo de Rescate efectuó una primera bajada de tres rescatadores mediante un montaje con una línea de progresión y otra de rescate, una parte con cuerdas y otra destrepando.

Era de noche y aunque había luna las nubes no dejaban mucha visibilidad, por lo que una lancha de Salvamento Marítimo se encargó desde el mar de alumbrar a los especialistas de los bomberos.

Por el momento no se sabe cómo acometer el trabajo de sacar el coche de este lugar tan intrincado.