Al menos 90 personas han muerto ahogadas en España este año -la mitad en el mes de julio-, la mayoría cuando se bañaban en el mar y de más de 60 años, lo que rompe la tendencia de ejercicios anteriores en los que los niños de menos de cuatro años ocupaban puestos destacados. Con la llegada del verano aumentan los fallecimientos de menores, que se producen sobre todo en las piscinas privadas, como ocurrió en julio, que en cinco días murieron ocho niños, aunque el mes se cerró con trece ahogamientos de pequeños, de los 45 muertos que hubo por este motivo en ese periodo.
Aunque julio es el mes que más fallecimientos acumula, en agosto ya han muerto doce personas -todos hombres y la mayoría en Andalucía (6)- y de ellos dos son niños. «Todos los niños, cuando son capaces de gatear o de andar, debería saber nadar», asegura el doctor Carlos Urquía, responsable de las campañas de prevención de Cruz Roja, quien considera «inaceptable» que estén muriendo niños, principalmente en piscinas privadas en las que la normativa no exige la vigilancia o cuando le arrastra una ola, porque no son capaces de mantenerse a flote.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cerca del 80 % de las personas que mueren ahogadas son niños menores de cuatro años, la mayoría cuando se encontraban en piscinas privadas o en lugares sin vigilancia, recuerda este facultativo.
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