Los agentes de la Policía Local de Sant Josep abortaron ayer por la mañana otros dos after hours, uno en el establecimiento llamado ToroMar y el otro en una casa particular de Cala Llentrisca.
En la primera de estas fiestas, en la del ToroMar, había unos 120 vehículos, informaron fuentes policiales, y la segunda era de menor entidad, aunque, al parecer, se trataba de un after hours presuntamente organizado bajo la marca de una fiesta semanal que se celebra en una gran discoteca y que hace dos semanas organizó otra que también fue abortada, entonces por la Policía Local de Sant Antoni. Los responsables aseguraron hace dos semanas que una persona había organizado la fiesta usurpando su marca.
Los agentes llegaron al el ToroMar, ubicado en la carretera de ses Salines, poco antes del mediodía y explicaron al responsable que no podía abrir a esa hora. Además, los policías le recordaron que la licencia del establecimiento estaba caducada. Los agentes denunciaron al responsable.
En la fiesta de Cala Llentrisca los policías también buscaron a los responsables. Al tratarse de una fiesta en una casa particular, su propietario podría ser multado con hasta 600.000 euros, según la advertencia que realizó la directora insular, Sofía Hernanz, que anunció que los dueños de las casas alquiladas en las que se organizan fiestas ilegales serán sancionados «solidariamente» junto a los organizadores. Por el momento, la dirección insular no ha hecho pública ninguna sanción de este tipo.
Atendiendo a las informaciones policiales, las fiestas ilegales se suceden casi con frecuencia en la isla. Se anuncian en carteles por la calle y hay páginas web consagradas en las que incluso se pueden ver los videos de las fiestas, prohibidas por las actuales autoridades de Eivissa.
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