R.S.

Operarios de Herbusa y voluntarios de Protección Civil de Sant Josep, conjuntamente con la Policía Local de este municipio, pusieron fin ayer por la mañana a la situación de abandono en la que se encontraba desde hace más de una semana el barco que encalló en Platja den Bossa después de que el viento lo arrastrara hasta esta parte de la costa. Según informaron en su día fuentes de Salvamento Marítimo, sus dos tripulantes se pusieron a salvo cuando el barco se vio en dificultades y quedó sin gobierno poco antes de la medianoche. Los operarios terminaron llevándose el barco literalmente a trozos después de que éste se partieran cuando lo sacaban desde la arena. Fuentes municipales explicaron que ello ocurrió por el mal estado en que se hallaba el yate.

El propio Ayuntamiento de Sant Josep decidió hacerse cargo de su retirada después de que, según varias fuentes relacionadas con el caso, su puesta a flote se ralentizara por un problema de competencias entre distintos organismos que podían intervenir y por la falta de implicación de la propietaria del barco. Se da la circunstancia de que a esta persona también se la ha relacionado con un alemán que días atrás fue detenido en un bar de la zona después de ocasionar un altercado en este establecimiento y terminar enfrentándose a la Policía Local al exigir que lo arrestara la Guardia Civil porque «era la policía de verdad».

Las tareas de retirada del «Erika» comenzaron a primera hora de la mañana y, con la presencia del concejal Josep Antoni Prats, se prolongaron hasta el mediodía por los problemas que surgieron en las operaciones para sacarlo de su situación de varada. El Ayuntamiento decidió asumir esta tarea para acabar con las molestias y el peligro que el barco ocasionaba a los bañistas y la mala imagen que daba a la zona.