Un vecino de Sant Antoni, que está pendiente de sentencia después de que en febrero de 2006 fuera detenido en el puerto de esta localidad tras llegar con otra persona e intervenirse en el coche del segundo tres kilos de kilos de cocaína, compareció ayer en un juicio por unos hechos ocurridos siete meses después de su arresto y en los que según su denuncia fue «apaleado» en la puerta de un bar. Todo ello tuvo lugar después de que un responsable de este establecimiento le dijera que no era «bien recibido», según el denunciante. La acusación particular, en un juicio celebrado ayer, reclama una condena de un año de cárcel y 3.000 euros de indemnización. El fiscal no presentó cargos.

El suceso tuvo lugar el 3 de agosto de 2006 y según dicha persona el suceso fue ajeno a un pleito por unos terrenos que se le atribuyó. «Entré en el bar porque vi a un conocido. Al decirme que me fuera, salí a la calle. No hice nada. Me insultó y me dijo que me iba a matar. De los puñetazos que medio me dejó semiconsciente», afirmó el denunciante. El acusado, a su vez, explicó que dicha persona irrumpió en el bar «muy alterada y en actitud chulesca y tuve que pedirle que se fuera» añadió que «vino a molestar y a provocar la situación. Hacía 18 años que no entraba en este establecimiento». El sospechoso, asimismo, relató que en la puerta hubo un «forcejeo» en el transcurso del cual le dio «un golpe» a la víctima. «Pero fue un hecho accidental porque en ningún momento hubo ánimo de golpear o lesionar», dijo.