Puerta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en Madrid, donde la UCE ha presentado la denuncia.

J.M.ALONSO

El delegado de la Unión de Consumidores Españoles (UCE) en Eivissa y Formentera , Carlos Salinas, ha denunciando ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el «fraude fiscal» que representa el sistema piramidal conocido como «bola solidaria» entre otros nombres, como «rueda solidaria», que en la isla ya ha captado a decenas de personas, tal vez centenares, según algunos de estos inversores.

«En Eivissa lo detectamos en noviembre pasado», explicó Salinas, «y sabemos que la pirámide debe estar ya bastante avanzada». Uno de los muchos jugadores explicó ayer a este diario que en realidad en la isla no hay una sola pirámide, sino muchas y de diversas cantidades, que van desde los 50 euros, para los inversores más jóvenes, hasta los mil de la bola más cara.

El sistema consiste fundamentalmente en que cada jugador busque a otros cuatro que le den el dinero que se exige. El dinero, en ocasiones, se entrega en sobres de regalo con dibujos simpáticos, a modo de juego.

Perder y ganar

De esta forma, la pirámide funciona y los primeros inversores pueden obtener importantes beneficios. Los que pierden son los últimos en apuntarse, es decir, los que ya no encuentran a nadie a quien vender la posibilidad de invertir.

Por tanto, la bola no resultaría un timo o estafa para los primeros jugadores, pero sí para los últimos, que simplemente pierden su dinero porque ya nadie se fía.

Según explicó Salinas, algunas de estas bolas las están organizando personas que han venido a la isla para ello e incluso organizan reuniones para buscar inversores, a quienes explican el sistema insistiendo en que no se trata del sistema piramidal tan conocido en todo el país y denunciado muchas veces como un fraude.

Según Salinas, una vez que estas personas consideran que ya han quemado una plaza, cambian de ciudad. Al parecer, en Menorca están comenzando a trabajar.

En estas reuniones los responsables dicen a los potenciales clientes o víctimas, como se las denomina desde la UCE, que con una inversión de 5.000 euros se pueden obtener 40.000.