Clara M.Y., de 18 años, la joven que perdió la vida en la madrugada de ayer en el segundo accidente mortal registrado este año en la isla, viajaba en uno de los asientos posteriores de un BMW 325 con otros tres chicos en su interior que se salió en las proximidades del aeropuerto y que dio varias vueltas de campana antes de detenerse. No llevaba el cinturón de seguridad puesto. Murió poco después de la media noche tras su ingreso en estado crítico en Can Misses. Los primeros datos de la investigación apuntan a que el conductor del turismo, Rubén G.R., de 21 años, iba supuestamente a excesiva velocidad cuando abordó el tramo curvo ubicado en el kilómetro 0'200 de la PM-803, en el desvío de la carretera del aeropuerto en sentido hacia Sant Josep.
Los bomberos tuvieron que emplearse a fondo para rescatar a los cuatro jóvenes que se desplazaban en el interior del coche en un accidente ocurrido, como ya informó este periódico, sobre las nueve de la noche. El 061 evacuó, además de a Clara M.Y. y a Rubén G.R., a José Miguel D.B., de 17 años, quien ocupaba la posición de acompañante del conductor, así como a Ana María R.S., la joven de 19 años que iba detrás con la fallecida y que tampoco llevaba puesto el cinturón de seguridad.
Esta última convalece en Can Misses de una rotura de pelvis mientras que el conductor quedó ingresado con fractura de omoplato y clavícula derecha como lesiones más importantes. Fuentes del Ib-Salut señalaron ayer que el diagnóstico de ambos era grave pero que, salvo complicaciones, no se teme por sus vidas. El tercer implicado fue finalmente atendido en la Policlínica del Nuestra Señora Rosario con heridas menos graves.
Según la información recogida por este periódico, el BMW en el que se desplazaba la víctima se salió por su margen derecho tras tomar una curva a la izquierda. El vehículo acababa de dejar la carretera del aeropuerto y se dirigía en dirección a Sant Josep.
El único siniestro mortal que se había registrado hasta ahora en las Pitiüses tuvo lugar en Can Fornet en la tarde del pasado 24 de enero y le costó la vida a un chico de 25 años residente en el municipio de Santa Eulària.
Todos los indicios apuntaron entonces a que el conductor del turismo siniestrado, un Ford Focus, entró a gran velocidad en un cambio de rasante y luego no pudo controlar el volante. El coche se salió de la carretera y se estrelló contra un árbol. La víctima, que también tuvo que ser excarcelada por los bomberos en el amasijo de hierros en el que quedó convertido el turismo, pereció prácticamente en el acto pese a que las emergencias intentaron su reanimación.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.