La víctima contaba con residencia en Cala Llonga y su cadáver fue hallado el pasado martes.

J.J.M./J.M.A. Un amigo de la víctima, un hombre con doble nacionalidad encontró el pasado martes al fallecido con el rostro y el cuerpo cubierto de sangre cuando fue a su domicilio de Cala Llonga, ubicado en una casa de la urbanización Valverde del Camino. La Guardia Civil esperaba ayer al cierre de esta edición, detener en cuestión de horas al sospechoso de lo que se cree fue un homicidio cometido durante una pelea que bien pudo iniciarse por un intento de robo o simplemente por un ajuste de cuentas. Sobre la víctima se ha podido averiguar que era una persona acaudalada y acostumbrada a mover mucho dinero. El suceso no había trascendido hasta ahora por el secretismo con el que se han llevado las investigaciones policiales.

El titular del juzgado de Instrucción número 3 de Eivissa, Pablo Mendoza, magistrado al que compete la investigación del homicidio, se hallaba ayer a la espera de conocer el resultado de la autopsia. Los primeros indicios apuntaban a que el residente en la urbanización Valverde del Camino bien pudo morir de un fuerte impacto en el pecho después de que una costilla se fracturara y le seccionara una vena o un órgano vital. Durante los primeros compases de la investigación se barajó que la víctima hubiera presentado resistencia o hubiera intentado defenderse con un cuchillo. Al parecer, según varias fuentes consultadas por este periódico, junto al cuerpo sin vida de dicha persona se recogió un cuchillo del que tampoco existía información si llegó a servir para herir a alguno de los implicados. Algunos datos, pese a todo, indicaban como la hipótesis más probable que el fallecido hubiera perdido la vida como consecuencia de una fuerte patada en la región torácica o de un golpe directo realizado con un objeto contundente.

Datos
La Policía Judicial de la Guardia Civil trabajaba ayer contrarreloj para intentar localizar a un sospechoso sobre el que se habían podido averiguar numerosos datos que le apuntaban directamente como autor del crimen. Sant Carles y Sant Josep son algunos de los lugares donde se hicieron gestiones.

Esta es la primera persona que fallece este año en la Pitiüses como consecuencia de una acción criminal. El año pasado los juzgados de Eivissa vieron al menos media docena de casos con personas muertas en hechos supuestamente dolosos. Tan sólo uno de los homicidios tuvo lugar en Formentera.