Omar A., un joven magrebí al que las fuerzas policiales consideran un especialista en robos que operaba en toda la bahía de Portmany, logró eludir ayer dos juicios con penas de cárcel en juego después de demostrar con diversa documentación que cuando ocurrieron estos hechos era aún menor de edad. Todo ello, incluso, después de que una prueba radiológica y un informe médico atestiguaran con toda seguridad que su edad entonces iba de los 19 a los 22 años.

La documentación aportada por el sospechoso en el juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, sin embargo, dejó ayer bien claro que Omar A. tenía 17 años en 2003, cuando ocurrieron los dos robos por los que tenía que responder. Ambas causas pasarán ahora a la Fiscalía de Menores para que un tribunal de menores imponga, si así se decide, las penas que debe cumplir, castigos todos ellos menores que los que puedan establecer un juzgado de lo Penal. Fuentes judiciales, sin embargo, explicaron que Omar A. contaba no sólo con numerosos antecedentes policiales cuando era menor, si no, ya con plena certeza, con condenas judiciales por delitos cuando superaba la mayoría de edad.

La Guardia Civil ha detenido en las últimos años en números ocasiones a este individuo, especialmente por robos en Sant Antonio. Está considerado un delincuente juvenil no violento que solía «trabajar» solo y que presuntamente desvalijaba domicilios tras forzar las puertas del inmueble en el que se fijaba. Joyas y electrodomésticos pequeños que pudiera transportar sin complicaciones eran la base de su botín.

Omar A. debía haber respondido ayer de los robos con fuerzo registrados en la zona de Cala de Bou los días 16 de enero y 25 de abril. En uno de ellos se pudo recuperar una treintena de joyas, valoradas en 16.460 euros, después de que un operativo policial localizara una bolsa con las alhajas entre unos matorrales en los que se había escondido el ladrón. Peor suerte hubo en el otro caso. El acusado se apoderó supuestamente un televisor y un televisor, entre otros efectos, así como varios platos hondos de una vajilla. No se pudo recuperar nada.